ᴄʜᴏϙᴜᴇ ᴅᴇ ᴍᴜɴᴅᴏs《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》(Terminada)

° (47) Empieza la fase dos °

Narra Karol

Al despertar lo primero que observo es la cara del italiano que esta revolucionando mi vida durante los últimos años, sonrío y acaricio su mejilla. Se remueve levemente pero continua durmiendo, se me ocurre la idea de preparar el desayuno por lo cual levemente me separo de él y me coloco su camisa para posteriormente dirigirme a la cocina.

Luego de unos minutos sonrío por como va quedando lo que tenia en mente, los hot cakes están listos pero no sabia si colocar nutella o miel, al final decido colocar aquellos ingredientes en pequeños recipientes para que el italiano decida cual quiere ponerle a su desayuno. Personalmente, prefiero los hot cakes con nutella y fresas por lo que empiezo a cortar algunas. 

—¿Qué haces amore?—el susurro del italiano junto a su abrazo por mi cintura me hace sobresaltar.

—Me vas a matar cualquier día con tus apariciones tan de repente—susurro riendo.

—¿Por qué no me levantaste para ayudarte?—pregunta colocando su mentón en mi hombro.

Lo miro de reojo y sonrío, niego y continuo cortando las fresas.

—No es nada cariño—minimizo— ¿fresas?—cuestiono, asiente.

—Lavaré los platos entonces—dice dejando un beso en mi cuello, asiento porque sé que si lo contradigo empezaré con un mini debate del por qué esto y por qué el otro.

—Todo esta listo—digo al terminar de colocar las fresas en los platos.

—Alistaré la mesa—con un último beso en mi mejilla se va a hacer lo que dijo.

Sonrío. Sin duda es una buena mañana.

[...]

Me río por las cosquillas que provoca los besos que esta dejando en mi cuello.

—¡Rugge!—chillo riendo por la leve mordida que dio.

—¿Tercer round?—pregunta dejando besos por mi cuello hasta llegar a mis labios.

—Mmm...—pienso mientras él continuaba con sus provocaciones— yo creo que acepto—susurro cuando sus manos traviesas ayudan con su propósito.

Cuando estábamos a punto de empezar su celular empieza a sonar, al principio lo ignoramos pero a la tercera insistencia obligue al italiano a contestar.

Era Mike.

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—¿Y si no vamos?—dice luego de la llamada abrazándome.

Me río negando.

—La rubia me va a colgar si no me ve hoy—respondo mirándolo mientras acariciaba su mejilla— lo seguimos en la noche—susurro para volver a besarlo.

—Te tomo la palabra.—susurra entre besos—Será mejor que nos bañemos porque unos minutos más y no me importa si la rubia me deja sin decencia por secuestrarte una vez más—riendo decido poner fin al momento.

—Me bañaré acá, tú ve al del cuarto de huéspedes—digo guiñándole el ojo, dejándolo con la palabra en la boca.

Si nos bañábamos juntos posiblemente no lleguemos a la salida.

[...]

—Vaya, vaya, creciste como diez centímetros en menos de una hora—siento la vos del italiano.