You are my kitten. [Verkwan]

Capítulo 41

*Narra SeungKwan*

  — Gracias por la comida, Hansol  — dijo WonHo, colocándose de pie y chocando el puño con el americano  — Perdonen pero me tengo que ir, tengo una entrevista de trabajo.

— Oh.. Yo..

— Tú quédate niño, tienes que descansar, además Hansol dijo que te cuidaría por hoy  — me regañó mientras se despedía de mí con un beso en la mejilla.

— Puedes irte tranquilo, yo lo cuidaré  — le contestó con una sonrisa y el mayor abandonó la habitación.

Me sentía avergonzado. Es decir, me gustaba ser cuidado, pero me hacía sentir una carga.

— No necesitas hacerlo, me siento bien  — le dije sonriendo con un rubor en las mejillas.

Giró su rostro a mí, mientras se acercaba un poco, recorriendo su cuerpo en la cama donde estábamos sentados.

— No digas tonterías... Seguro no has notado lo que esos imbéciles hicieron  — desvió su mirada a mis piernas  — y preferiría que no lo hicieras.

¿De qué habla?

Le miré extrañado, hasta que noté que sentía un pequeño ardor provenir de mis muslos.

Llevé mis manos a mi pantalón e hice un poco de presión  — ¡Ah!  — me quejé, sintiendo el dolor intensificarse.

— ¡No toques, tonto! — sujetó mis manos.

— ¿Qué me hicieron?  — pregunté espantado, queriendo soltarme para bajar mi pantalón y averiguarlo.

Aumentó un poco su agarre, llamando mi atención.

— SeungKwan..

— Sólo quiero ver.

Suspiró un poco cansado, pero soltó por fin mis manos.

— Bien.. Pero déjame ayudarte.

Se puso de pie y me ofreció una mano, ayudándome a seguirle.

Una vez frente a frente, me hizo girarme hasta poner mi vista en un espejo de cuerpo completo pegado a la pared.

—  Promete no alarmarte  — se colocó detrás de mí.

Asentí con la cabeza, sintiendo como sus manos viajaron repentinamente a mi cintura, llevándolas en un camino hasta el borde de mi pantalón.

Sabía que sus intenciones no eran nada sexuales, lo veía en su cara, más bien lucía preocupado, y yo sólo podía sentirme tenso.

Desabrochó el botón y seguido de esto bajó el cierre.

Llevó sus manos a los bordes, bajando la prenda con delicadeza, intentando no hacer presión en el proceso.

Mis ojos se abrieron gigantes en cuanto mis piernas quedaron descubiertas.

  — Perdona pequeño.. No pude llegar a tiempo  — bajó la mirada y recargó su frente en mi espalda.

No emití ningún sonido, sólo observé en silencio.

¿Eso qué significaba?