5. Hogsmeade.

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Lily me observó seria, su rostro fue una mueca extraña, se giró, alzando la botella, para beber del whisky como si se tratase de zumo de calabaza, cosa que no me agradó, después de todo, habían sido mis palabras lo que le habían llevado a alzar la botella de nueva cuenta, y también era mi culpa todo esto, claro que yo no iba a saber que señalaría a la primita de nueve años de la chica con la que apenas tenía un mes de salir.

—Creo que deberías dejar de beber –sugerí.

—Creo que no pedí tu opinión.

—Bueno, al menos, comparte un poco ¿no? –sonreí, intentando liberar tensión.

—Consigue tu propia botella –bebió más.

—Oblígame –se la quité, porque no quería que Ginny tuviera razón, y de alguna forma, la estuviera dañando, y ella se refugiara en el alcohol.

—Podría –aprovechó mi cavilación interna para apoderarse del whisky, para alejarse después.

Ella conocía mejor el lugar, así que aprovechó para alejarse y tomar ventaja, claro que la seguí, y aproveché que estaba alcoholizada para alcanzarla, estaba recargada en una larga mesa medio ocupada.

— ¿No quieres decirme por qué quieres embriagarte?

—Los dos sabemos la respuesta a esa pregunta, ya sé que Victoire o mi madre te pusieron al tanto, no soy estúpida, sólo estoy ebria, y es mejor que vuelvas, o mis chaperones vendrán y lo malinterpretarán.

—Sólo estamos charlando, Lily.

—Sí, y ese beso, la otra noche, sólo fue un accidente, y ahora mi tía Fleur lo usa como campaña para satanizarme frente a mi familia.

—No solo a ti –admití.

— ¿En serio? Por qué a ti, te sigue queriendo y tratando como un santo, pero a mí...

—Lo comprendo, pero tu madre me trata como si yo fuera el problema.

—No, aquí el problema soy yo, quien tiene una mente enferma que visualiza sin problemas una posibilidad entre nosotros, como si un chico como tú, se fuese a fijar en una chica estúpida.

—Bueno –sonreí –ciertamente, eras una niña, pero ahora, fácilmente me fijo en ti, y no como una chiquilla divertida.

Sus enormes ojos avellana me observaron completamente incrédulos, no podía procesar todo lo que le estaba confesando, aunque claramente no eran palabras de amor.

—Yo no...

—No me crees ¿cierto?

—No –me admitió.

—Está claro por tu reacción –me reí.

Lily y yo giramos cuando la puerta se abrió, Fleur apareció, con una mueca poco agradable, avanzó furiosa y le quitó el licor, pude saber que si no siguiera ahí, la madre de mi novia estaría descociéndose con Lily, como si fuese la única culpable, ella había venido aquí, buscando esconderse posiblemente de mí, y yo le había seguido, como un necio.

—Tranquila –le pedí.

—Él sólo me está dejando en claro que no hay posibilidad a lo que mi mente enferma creo.

—Eso espero –bufó.

Lily entró al colegio, pero no volví a verla después de esa tarde que hablamos en el cobertizo, porque no se dignó a volver a la casa de sus abuelos y encararme.

—Teddy enfadado ¿a qué se debe? –interrogó Delphi.

—Lily –admití.

—Supongo que no hablaste con tu padre al respecto.

A Lovely Calling [Teddy & Lily]Where stories live. Discover now