15. Al Final.

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Salí al balcón, el viento meció mi cabello y mi bata, normalmente eso me habría provocado frío, de no estar en un lugar tan cálido como lo era Florida en esa época del año, Lorcan y yo teníamos planes para todo, pero con el adelanto de la boda, supongo que eso se fue a la basura, nuestro acuerdo de que no habría luna de miel, y lo que eso conllevaba, quedó en el olvido, y aunque no puedo quejarme a que su desempeño fue bueno, considero que había más pasión de la que siempre creí que habría en un encuentro sexual entre nosotros, sobretodo porque era yo, la otra parte del acto.

—Has estado muy seria desde que salimos de la recepción.

—Lo siento –le sonreí incómoda, jamás cruzó por mi cabeza que él podría ser tan pasional conmigo, y más que nada, que yo pudiese hacer algo así con Lorcan, bueno, en realidad, con la única persona con la que me había imaginado en esas situaciones era con Ted, al menos, había podido estar con él así, una vez, mi primera vez.

—Ahí vamos otra vez ¿A dónde quieres escapar? –Hizo una pausa –o mejor dicho ¿con quién?

—Oh vamos –me reí –si quisiera huir, lo habría hecho.

— ¿En serio? –avanzó hasta mí, me sujetó de la cintura, pegando su cuerpo al mío.

—Sí, Lorcan, estoy segura –él se alejó de mí.

—Luces sexy –me halagó, cambiando de tema.

—Gracias –volví a cerrarme la bata, ya que él la había abierto al sujetarme.

—No estás muy feliz.

—Oye –me detuve un segundo –tú estás muy feliz.

— ¿Por qué no lo estaría? Eres mi esposa ahora.

—Exacto –acepté, frunció el ceño.

—No sé de lo que hablas –se excusó.

—Claro que lo sabes, lo hemos hablado cientos de veces, Lorcan –me acerqué a él.

—Entonces ¿querrías haberte casado con él?

Fue un shock inmenso que duró tan poco que el hombre frente a mí no lo notó.

— ¿Recuerdas nuestra cita? –Elevó una ceja confundido –claro, en Marruecos, cuando me dijiste que no habría nada...

—Sí, recuerdo –me interrumpió.

—De ida a España, tuvimos el mejor sexo de la vida –sonreí –fue cuando supe que no habría nadie en el mundo que pudiese hacerme más feliz.

— ¿Ni siquiera Ted Lupin? –me tensé ¿a qué tanto era capaz de llegar mi familia para asegurarse de que realmente dejaría a Ted en paz?

—Lorcan, Ted Lupin no es mejor que tú ¿recuerdas lo que te dije de él?

—Posiblemente el cobertizo de tu abuelo no fue la mejor opción para tu primera vez, claro que pudiste detenerlo, o él decirte que buscaran un mejor lugar que aquél, pero...

—No importó el lugar –murmuré.

— ¿Entonces? –cuestionó.

—Que yo jamás, jamás, le conté a Lorcan que entre Ted y yo hubo algo así, por lo tanto –lo amenacé con mi varita -¿quién eres tú?

—Tuviste sexo con un extraño –se burló.

—Un extraño, que pensé, que era mi marido ¿quién eres y qué hiciste con Lorcan?

—En realidad princesa, yo soy tu marido.

Todas las facciones de Lorcan fueron desapareciendo, dejando a Ted frente a mí, con un ir y venir intenso en su cabello, sonrió de lado, y me hizo bajar la varita cuando aprovechando mi estupor, se acercó a mí.

A Lovely Calling [Teddy & Lily]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon