Capítulo 06

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Leonel dejó atrás su autocontrol y se abalanzó hacia ella a pesar que tenía una distancia muy reducida

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Leonel dejó atrás su autocontrol y se abalanzó hacia ella a pesar que tenía una distancia muy reducida. Aquel impulso provocó un leve choque entre ellos y esa sensación lo acabó de abatir. La agarró con una mano de su cintura y con la otra presionó su cerviz para juntar sus labios y evitar alguna huida.

Presionó su boca a la de ella y gimió con solo tocarla, no pretendía ser un beso suave todo lo contrario estaba dispuesto a demostrarle que lo estaba volviendo loco, para la sorpresa de él ella correspondió con la misma intensidad. Mientras se besaban insaciablemente iban caminando a tropezones sin un rumbo fijo, aquello provocó que rozaran una lámpara con pedestal que encontraron en el trayecto, Leonel aun con los ojos cerrados y embriagado de placer intentó detenerla pero no pudo, colisionó en el piso provocando un ruido y ladrido de Arthur que no les importó ni los detuvo.

La lengua de Leticia invadía con destreza recién adquirida la boca de Leonel y sentía que era glorioso, maravilloso, indescriptible. Era una competencia, como si se empujaban una con la otra intentando encontrar un ganador. Ella emitió un gemido diferente cuando su espalda chocó bruscamente contra la pared, el dolor fue momentáneo en comparación con el placer que invadía su cuerpo, ansiaba mucho más. Leonel no solo la estaba volviendo loca con su boca sino que con sus manos ávidas y descontroladas manoseaba su cuerpo provocando que su cuerpo vibrara con cada toque. La respiración de él era tan fuerte que temía dejara de respirar en cualquier momento.

Leticia en ese momento no pensaba detener ese lujurioso y placentero momento, sus manos acariciaban sus cabellos y cuello con fuerza, sin detenerse elevó sus piernas a la cintura de Leonel y enseguida la ayudó con las manos en su trasero para impulsarla hacia él. Avanzaron hasta tropezar con el sofá y caer enredados en él. Nada, absolutamente lograba que sus bocas se separaran. Sus labios dolían hasta podían jurar que estaban desgarrados porque por momentos sentía el sabor de la sangre sin saber si eran los de ella o los de él. Tanta premura y salvajismo hacía que los dientes chocaran también, aquello era inimaginable para Leticia ni siquiera un orgasmo la había llevado a ese placer, era una explosión en sus interior.

Recostado en el muebles para Leonel por muy dolorosa que fuese separar su boca de la de ella empezó a besar y morder su mentón volviéndola loca de placer con los gritillos y gemidos que daba al mismo tiempo, estaba totalmente extasiada.

—Ahh... —gimió Leticia al sentirse envuelta de placer.

La presión en su vientre con el duro miembro de él dolía pero no quería calmar aquella situación. Por su mente pasó la idea de entregarse a él por completo, no importaba si era en ese mueble o en el piso, no le importaba nada en ese momento, lo único que quería era sentirlo de una vez por todas quería sentirlo dentro de ella.

—Hazme tuya...—suplicó entre el éxtasis invadido mientras Leonel besaba y mordisqueaba su cuello.

Ante esa petición no se detuvo a pensarlo y la giró para quedar sobre ella y empezó a besarla nuevamente ahogando los gemidos que su garganta proferían, le encantaba que fuera bulliciosa y estaba dispuesto a darle lo que pedía y hacerla gritar aún más hasta que llorara de tanto placer.

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