Vive una serie de experiencias maravillosas con tu chico o chica preferida de Boku no hero academia.
Enamorarte, tener una familia, dudar de tu sexualidad y salud mental, sentirte amada y querida en mas de un capitulo.
Midoriya Izuku
Bakugo Kats...
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Seré tu príncipe, si tu eres mi rosa.
El primer día que te ví creí que con cualquier movimiento que hiciera echarías a correr. Nunca antes había sentido lo que sentí en ese momento, ese sentimiento de felicidad desenfrenada con tan solo ver tu sonrisa, tus dedos deslizándose sobre las estanterías de la biblioteca, tu vista fija en los libros frente a ti seguramente mientras te debatías por cual tomar.
Acto seguido tomaste uno entre el montón, creí que al igual que el resto del mundo lo ojearias un poco, pero pasaste de paginas olfateando el aroma del libro entre tus manos, colocaste un mechón de cabello detrás de tu oreja y empezaste a leerlo.
La luz que atravesaba las ventanas detrás de ti te iluminaban marcando el contorno de tu cuerpo, casi creyendo que eras un ángel.
-¿Piensas llevártelo o te vas a quedar todo el día oliendo libros?
-Dis-culpe -hablaste con la bibliotecaria y saliste del lugar, no sin antes darte la vuelta y al ver que te miraba me sonreiste y saludaste con la mano.
-¿Encontraste el libro Todoroki?-la voz de Midoriya me hizo reaccionar. Negué con la cabeza.
-Lo siento, estaba distraído.
-No te preocupes, preguntemos a la bibliotecaria, quizá tenga registro del libro.-asentí con la cabeza y nos acercamos a preguntar.
Después de eso volví a la biblioteca con la intención de volver a verte y no fue hasta el tercer día en que lo hice.
Vagaba entre estanterías recorriendo cada pasillo con la mirada, subí al segundo piso y cuando estaba a punto de rendirme te escuche...
-"Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. -Dar amor no lo agota, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.
-Ya entendí- dijo la rosa.
-No lo entiendas...."
-Vívelo......-Sin darme cuenta había dicho eso en voz alta, haciendo que todos los niños antes atentos a tu lectura voltearan a mirarme. Supuse que todos ellos asistían al preescolar frente a la biblioteca ,puesto que y todos llevaban el mismo uniforme.
Creí que te molestarías por mi interrupción, pero por el contrario me sonreiste.
-Acercate, ya casi acaba. -dijiste en el mismo tono con el que leías con tanta pasión al principito, eso hizo que me alegrase y obedecí con gusto.
Seguiste leyendo haciendo diferentes tonos de voces cuando citabas al príncipe y a la rosa, pero manteniendo la calidez de tu voz.
Cuando cerraste el libro los niños se alteraron murmurando entre si y tu reías por sus reacciones después de escuchar tan bello relato.
