4: Las palabras lastiman

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Narra Todey:

—¿¡Qué están haciendo!?

Mi hermanito y su novio estaban echados en mi sillón favorito, a medio desvestir y sonrojados como tomates.

—Ejem... Creo que es obvio qué estamos haciendo Onii-Chan...

Me sujeté la cabeza con las manos para no explotar.

Y yo aquí creyendo que mi hermanito era virgen...

—Ya sé qué están haciendo. Pero... ¡Ah!

Lanzé un pequeño grito mientras esos dos seguían en la posición en la que los encontré, como si estuvieran esperando a que me esfumara para darse con todo.

—¡Levántense de allí!

Se levantaron apresuradamente y se quedaron ahí como niños regañados por arrancarle hojas a un árbol.

—Jaden... Sabes que nos tenemos confianza... ¿Porqué nunca me dijiste de ésto?

—¡Ay! ¡Como si estuviera planeando desde hace días el lugar y la hora exacta en que voy a hacerlo con Nick! Perdón a la próxima te aviso.

—No te hagas el gracioso Jaden, sabes a lo que me refiero. Eres muy chico aún, deberías de seguir siendo virgen.

Nick observaba la escena sin mediar palabra, medio sonrojado.

—¡Ay ya! ¡Perdón santo patrón de la virginidad te he defraudado!
Jaden fingió que lloraba desconsoladamente.

—¡Por dios Onii-Chan! Tú a mí edad seguro ya no eras virgen.

Sin pensarlo grité.

—¡¡¡YO SIGO SIENDO VIRGEN!!!!

Las caras de Jaden y Nick se congelaron de sorpresa. Creo que no debí de haber revelado eso.

Jaden soltó una risita.

—No pues así ni cómo ayudarte.

Me enfurecí.

—Tú no digas que no perdiste la virginidad de manera normal para un hombre. A ti te dieron por detrás, seguro.

Nick abrió los ojos como si no acabara de creer lo que había oído.

Jaden pareció lastimado y bajó la mirada. Me arrepentí de lo que dije. Hasta que Jaden abrió la boca.

—Mejor que te den por detrás que seguir virgen a los 19 como todo un perdedor.

—Jaden, ya para —le dijo Nick alarmado.

Debo de admitir que eso me dolió.

—¿Qué dices de eso? —me retó Jaden alzando la vista.

—A tu habitación.

Jaden hizo un puchero. ¡Maldito mocoso! Ésta vez se pasó...

No se movió de su lugar.

—Nick, vete por favor —en mi mente agregué "antes de que me ganen las ganas de retorcerte el cuello"

Nick se puso la camiseta a toda velocidad.

—Me voy mi amor nos vemos luego —se despidió de mi hermano y salió apresuradamente de la casa.

Narra Jaden:

Me quedé viendo a mí hermano a los ojos, sin despedirme de Nick, que cuando mi hermano se enojaba salía corriendo como pavo asustado.

Yo no soy tan fácil de asustar a pesar de mi pequeña estatura soy muy bravo si así lo quiero y mi hermano no me intimida.

—Jaden te he... ¿¡Qué traes puesto!?

Oh no. Ahora tal vez si me asusté un poco.

—No es nada.

Todey entrecerró los ojos mirando con repulsión el hermoso vestido que yo traía puesto. Parecía que quería estrangularme en ese momento. Tomó aire.

—Mira Jaden... No sé cómo explicarte. Eres un hombre. Vístete como ello.

—Mira Onii-Chan, yo me visto como quiero. Además el vestido es lindo y decente, no me estoy vistiendo como puta.

—No digo que el vestido sea indecente, sólo que ES UN VESTIDO.

Rodé los ojos.

No entiendo de dónde viene tanto pinche trauma de mi hermano.

—Mira Onii-Chan, no te estoy diciendo que me voy a vestir de ahora en adelante así. Sólo me lo puse para jugar.

—No, te lo pusiste para coger.

No puede ser que mi hermano no sepa a lo que me refiero. ¿Cuándo se volvió un monje casto y travestifobo? O como se diga.

—A eso me refiero... Bueno ya pasó, mira, ahora mismo voy a mi cuarto a quitármelo.

Corrí a mí habitación y arrojé el vestido a mí cama. Me puse el shortsito rosa y la camiseta de Miku que traía antes y salí a la sala.

Abrí los brazos y dí una vuelta enfrente de Todey.

—Ya, listo ¿Ves?

Todey me contempló como si viera un extraño molusco en el museo.

—¿Sabes qué? Perdón por haberme puesto así por el vestido.

Asentí.

—Cuando fue mi culpa desde un principio...

Asentí.

¿¡Espera qué?

—¡Por dejarte usar esos shorts de un centímetro que enseñan toda tu anatomía! ¡Y encima de color rosa!

Ok, vaya disculpa.

—¡Sabes que todos mis shorts son así! Onii-Chan no seas... ¿El rosa qué demonios tiene que ver?

—¡Es rosa! ¡Es de niñas! ¡Y tus shorts marcan toda tu anatomía sin ningún sentido de decencia!

Abrí los ojos como platos.

—Pero no se me ven mal...

Me salieron unas lágrimas.

—¡Parece que vas en calzones!

—¡No es cierto!

Salieron más lágrimas de mis ojos.

—Y encima de eso te pones playeras con monas chinas raras de cabello azul.

—¡No molestes a Miku!

—Y tu forma de caminar, como si...

—¡¡¡YA CÁLLATE!!!!

Todey me miró de manera extraña, pues por lo general yo nunca le grito.

No podía parar de llorar.

Corrí y me encerré en mi cuarto, hundí la cabeza en la almohada para tratar de amortiguar el sonido de mi llanto, aunque sabía que era en vano.

Escuché que Todey se disculpaba conmigo desde el otro lado de la puerta pero no quería ni verlo.

—¡Ya vete! —grité débilmente.

Que se vaya al carajo, no lo necesito.

Y si él no me acepta como soy... Él se lo pierde.




Mi hermano usa falda.Where stories live. Discover now