Capítulo 3

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Tiana Miller.

Mi mente era un torbellino de dudas, todo en mi vida se estaba volviendo un caos en tan solo una semana. Quisiera secuestrar a Marcus y no dejarlo hasta que contase con pelos y señales todo lo que sabe.

Odiaba el hecho de ser la única de la que no se entera de las cosas y es que, siendo una persona sumamente curiosa, todo esto hacía que quisiese salir de la espalda de Marcus y comprobar con mis ojos en vivo y en directo quien era la persona que interrumpía nuestra plácida conversación, nótese el sarcasmo.

Pero lo peor de todo eso, no era que no supiese quien es, si no que, cabe una pequeña casualidad en que tal vez la persona que estaba a tan solo unos cuantos metros de nosotros si la hubiese conocido antes.

Veo que no sabes cumplir promesas, así que no esperes que cumpla la mía.

Su tono de voz era idéntico a uno que había escuchado hace unos cuantos días. Puede ser, y rezaba con todas mis fuerzas de que fuese así, una casualidad. Que ambos hombres tuvieran el mismo timbre de voz y hasta la misma desgana al hablar.

Desde que comencé mi fase de relacionarme socialmente con otras personas había dado con chicas que tenía una voz extremadamente aguda o, al revés, grave. Lo mismo con los hombres y entre ellos siempre suelen tener una voz ronca, varonil. Por lo que conocer un chico con una voz similar a otra que ya has oído no tiene por qué ser nada del otro mundo ¿No?

— Iba a cumplir la promesa, pero primero debía tranquilizarla — Salgo de mi shock al escuchar nuevamente la voz de Marcus, pero esta vez ya no era firme si no se podría apreciar un leve temblor al hablar.

La curiosidad mató al gato, en este caso a mí. Salí de detrás de la espalda de Marcus que justo me escondió cuando oímos al hombre para evitar que me viera. Demasiado tarde pues él me vio no hacía mucho tiempo y cara a cara.

Al colocarme al lado del mejor amigo de mi novio, vi la misma silueta, pero esta vez apoyada en la pared del bar justo en un lado donde apenas llegaba la luz de la débil bombilla de la farola. Luego quieren que no ocurra desgracias por la noche, si es que con este alumbramiento apenas se puede ver a tu posible agresor, violador o lo que sea que te vaya a hacer.

Deseaba verle la cara, ver sus ojos y averiguar que no eran de ese verde intenso que tanto me atrajeron. Di un paso al frente y hubiese seguido con mi caminata si no fuera por qué mi muñeca quedo detenida por una mano áspera. No hizo falta girarme para saber quién es, quise gritarle que me dejase ya en paz, que bastante la había liado, pero opté por el silencio.

— Suéltala, total ahora me pertenece no quedamos en eso, Marcus — Noto la mano del susodicho tensarse.

— Me haces daño — Gimo al notar la fuerza que emplea, quedará marca.

— ¿No podemos volver a hablar? — La pregunta de Marcus hace que me gire para observarlo, el cual se encontraba mirando al suelo y comenzaba a dudar que en algún momento desde que apareció el hombre este hubiera mirado tan descaradamente como yo lo hacía.

— Ya está todo hablado, tú decides o la chica o Tyler — Gire de nuevo mi cabeza para él, esté se separó de la pared — Tienes 48 horas.

Se dio media vuelta y desapareció igual que como apareció. Realmente era muy misterioso y mi instinto curioso hubiera corrido tras él como una loca para buscar respuestas, pero internamente agradecía el agarre doloroso de Marcus ya que si no hubiera parecido una desquiciada en busca de una muerte. Total, él tenía esa fama.

— Tiana huye, vete lejos fuera de este país — La desesperación con la que me hablaba y su intensa mirada sabía que no estaba bromeando.

Volví a mirar por donde se fue, miré a Marcus y así sucesivamente como si un partido de tenis estuviera viendo. Pestañee un par de veces viendo todo en cámara lenta, mi cabeza pesaba más de lo normal igual que mi cuerpo, todo a mi alrededor se empezaba a ver borroso y a lo lejos oía la molesta voz de Marcus.

Hades © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora