Capítulo 10

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Tiana Miller.

Empujo la puerta del almacén, me envuelvo con mis brazos para entrar en calor, ya que en esta zona siempre hacía una temperatura más baja de lo normal. Agarro una caja con el nuevo lote de vestidos que debía reponer y salgo de allí.

Camino por los pasillos de la tienda, con la mirada perdida y con mis pensamientos torturándome. Recordando cada minuto que pase en ese cuarto, cada momento que viví con él antes de que todo se tornase demasiado turbio como para ser capaz de perdonarlo en algún momento. Mi relación amorosa había dado un giro radical, que no he sido capaz de superarlo y dudo que nadie con dos dedos de frente pueda superarlo.

El temor de volver a la casa, a Mi casa, porque era mía, pero él se había apoderado de ella, hacía que mi cuerpo temblase con el solo pensarlo. No tenía otro lugar donde ir, y era muy cobarde para plantarle cara, sabía que había cambiado y que ahora podía dañarme físicamente, como me había demostrado anteriormente.

Todavía sentía como agarraba mi cuerpo con fuerza provocándome moratones que tardaría en irse, al cerrar mis ojos me trasladaba a ese momento, consecuencia de que hoy me hubiese presentado con unas increíbles ojeras que había sido incapaz de tapar y que llamaban la atención más de lo que me gustaría.

La caja que he cogido del almacén se desliza por mis manos cuando choco. Miro al frente encontrándome con una melena castaña recogida en una coleta alta, mi compañera al notar que choque con ella se gira a mirarme con preocupación.

- ¿Qué te ocurre Tiana? Estás muy rara hoy - Coloca sus manos en mis hombros, conecto mi mirada con la suya.

- Estoy bien, solo no he descansado mucho esta noche - Intento esbozar una sonrisa, pero acaba en una mueca.

- ¿Segura que es solo eso? - Asiento y me zafo de su agarre con la excusa de volver a coger la caja.

Emprendo de nuevo el camino, pero esta vez procurando prestar más atención por donde voy.

- Puedes contar conmigo para lo que sea - De nuevo la voz de Abby detiene mis pasos, me contengo para no darme la vuelta y correr en sus brazos, contarle todo lo que me tortura y recibir un consejo sabio de su parte.

Comienzo a caminar de nuevo, sintiéndome mal por todo, pero sabía que si volvía a preguntarme cualquier cosa acabaría llorando y confesándolo todo.

Llego a la zona donde van los nuevos vestidos, los coloco y a los minutos abrimos la tienda, dejando pasar a los clientes ansiosos por gastar dinero.

[...]

Salgo por la puerta trasera de la tienda, no sin antes despedirme de mi compañera. El frío del invierno cada vez se hace más presente acompañada de una leve capa de nieve, por lo que agradezco llevar siempre muchas capas y ahorrarme el pillar un resfriado.

Tanteo la idea de volver a mi casa y refugiarme del mal tiempo de la calle, pero pensar en volver a sufrir algún tipo de agresión por parte de Tyler, hace que prefiera dar un paseo por las oscuras calles de la ciudad.

Para mi suerte hoy era noche de luna llena, por lo que compensaba la poca luz que había en las desoladas calles. Decido ir hacia un parque para sentarme y dejar que las horas pase. Me centro en el caminar de mis pies sin poner atención a mi alrededor, el tiempo pasa y yo sigo tan perdida en mis pensamientos como durante toda la mañana, por suerte, Abby me ha salvado en más de una ocasión, si no la señora Robbins se habría enfadado conmigo por hacerle perder ventas eso sin contar que aún le debía el dinero del vestido que cogí prestado.

A lo lejos comienzo a escuchar una música, mi cuerpo se tensa ante la idea de pensar que alguien pueda estar siguiéndome, pero cuando veo el leve brillo que sale del bolsillo de mi chaquetón, me doy cuenta de que la música procede de mi móvil. Me relajo al instante, saco el móvil y en la pantalla aparece el nombre de Hades.

Hades © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora