II

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— Aitana cielo, se te está haciendo tarde, apúrate o causarás una mala impresión, el primer día de prácticas en ese bufete de abogados.

— Sí mamá, es que no sabía que ponerme—dijo la chica corriendo hacia la cocina—estaba indecisa entre este vestido y el traje de pantalón  chaqueta. Al final me he decidido por el vestido, ¿estoy bien?.

— Estás preciosa cariño, como siempre, da ha conocer tu talento y causarás sensación en esa oficina. Quizás cuando se acabe la beca te contraten.  Si yo fuese tu jefe, no dejaría que te fueses.—dijo su madre.

— Dios te oiga mamá, un trabajo en un sitio así es una buena oportunidad para abrirme camino en el mundo laboral. Espero aprender mucho y no meter mucho la pata.

— Anda desayuna rápido y vete ya o la sensación la vas a causar cuando te cierren la puerta y no te dejaran entrar—dijo su madre apurandola.

— Jo mamá, eres la mejor dándome tu apoyo y comprensión eh!

— No hija, solo soy realista. Ya no eres una chiquilla y aunque tengas dieciocho años, el mundo laboral es muy duro y hay muchas y muy importantes responsabilidades. Una de ellas es madrugar y estar a tu hora en el lugar de trabajo o pronto engordarás las listas del paro.

— Sí mamá, yo también te quiero— dijo riendo sarcástica la chica, mientras cogía su cazadora y su bolso para salir por la puerta de su casa.

Ya pasaban de las nueve, cuando Aitana se presentó en el edificio donde estaban las oficinas en las iba a realizar tu trabajo, en los tres meses siguientes que duraba las prácticas.

Había hablado por teléfono y a través de la Universidad y no sabía cómo iba a ser el ambiente en ese lugar, tan solo esperaba que sus jefes no fueran muy estrictos y que la secretaria fuera una buena mujer, que le enseñará lo máximo, sin regañarla...

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Había hablado por teléfono y a través de la Universidad y no sabía cómo iba a ser el ambiente en ese lugar, tan solo esperaba que sus jefes no fueran muy estrictos y que la secretaria fuera una buena mujer, que le enseñará lo máximo, sin regañarla mucho.

— Buenos días, me llamo Aitana Ocaña y vengo de la Universidad para hacer las prácticas— dijo a la mujer de pelo canoso, que estaba sentada en una de las mesas del recibidor.

—Ah sí, hola Aitana, yo soy Amanda y esa de ahí es mi compañera Úrsula.

—Hola buenos días— dijo sonriente de nuevo la chica.

— Hola bienvenida—dijo la pelirroja.

—Bien Aitana, no sé si te han explicado pero esta es una sociedad donde trabajan los abogados Luis Cepeda y Roi Méndez. Yo principalmente soy la secretaria de Cepeda y Úrsula se ocupa de Méndez. Tú nos ayudarás a las dos, independientemente de que sea de uno de otro, ¿de acuerdo?.

—Si de acuerdo—dijo atenta la chica.

—Bien, en primer lugar debería pasarte con uno de ellos para que los conozcas, quizás ya están libres, pues estaban reunidos con un cliente.

— Amanda querida, la reunión ya se ha acabado hace 10 minutos, puedes pasar a la chica al despacho del señor Cepeda. El señor Mendez, está esperando a otro cliente que tiene citado.

—Oh si...bien...perfecto, emm...vale, pues espera que te anuncie y veremos si puedes pasar.

La mujer pulsó el botón del interfono.

— Señor, la joven becaria está aquí, ¿La hago pasar?.

— Sí, está bien Amanda, dile que pase.

La secretaria se levantó y caminó hasta a la puerta y la abrió, dando paso a Aitana, la cual entró bastante nerviosa.

Era un despacho bastante sombrío y al fondo había un hombre moreno y con barba sentado muy concentrado, entre varias pilas de expedientes, revisando unos papeles .

— Siéntate por favor— dijo sin levantar la vista.

La chica obedeció y se aproximó a sentándose en una de las butacas enfrente del hombre, el cual pudo apreciar ahora desde más cerca, que no era muy mayor, quizás unos veintiséis.

— Bue-Buenos días señor Cepeda— saludó nerviosa.

De repente el abogado levantó la vista y se quedó impactado, lo mismo que la chica.

—Vaya, no me esperaba que fueras así.— dijo finalmente—No me malinterpretes, es solo que pareces muy joven, ¿seguro que tienes dieciocho años?.

Aitana asintió y sonrío.

— Si señor, pero si le digo la verdad, yo tampoco me imaginé que usted sería así. De echo pensé que sería muchísimo más mayor, pero me alegra que no sea así. ¿Sabe?será genial trabajar aquí, los casos de asesinato son los más interesantes—habló la chica hasta que vio al abogado fruncir el ceño—Oh si perdón, lo siento, a veces hablo sin parar—dijo la muchacha sonrojada.

Luis se quedó más que boquiabierto ante el desparpajo de Aitana, el coger una becaria había sido una muy buena idea, pues la chica era, sin duda, una bocanada de aire fresco.

4. Yo me quedo con mi reina -Aiteda (Terminada)Where stories live. Discover now