Sonríe

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Había algo en sus ojos cada vez que sonreía. Cierta chispa, cierta gracia. Alguna inocencia.
Me resultó sencillo perder el juicio por un momento, y quedarme observándolo una noche bajo los florescentes blancos, advirtiendo que lo estaba intentando con demasiada fuerza: alcanzar la indiferencia.
Resulta curioso que, por más que lo hiciera, no lo consiguiera.
Porque estaba esta cosa encantadora de sus ojos, ubicándome enseguida después de que un chiste saliera de sus labios, quizás porque sabía que siempre sería la primera que reiría.
A lo mejor, aunque él también lo intentara, no podría evitar el hecho de que teníamos en común más que sólo un par de palabras, y que cuando no había ninguna pared en medio, era como si nos conociéramos de años.
Y fuéramos los mismos, pero con la experiencia que dejan los daños.
Esta cosa, sí, encantadora, que él tenía. Su sonrisa, que contenía más de su esencia que cualquier otro gesto, o palabra.
A veces me gusta pensar, que lo primero que llegué de él a adorar, fue su sonrisa. Tímida al principio, a veces letal. Con chispa de elegancia, o educación de casa.
Después de un chiste demasiado malo, o a punto de saludar.
Y a mí, que me fascinaba enamorarme de utopías, no me fue difícil caer por esa sonrisa; o encontrarme su imagen escalando por mis pensamientos durante la noche y durante el día.

InsomniosWhere stories live. Discover now