Medianoche

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Tengo un par de preguntas atoradas en la garganta. En el atardecer pierdo un poco la cabeza y lo encuentro punzante, este hecho, detrás del cuello.
Ellos dicen que debería ser fuerte. Más fuerte.
Dicen que debería ser más dura, más fría, más cruda. Pero no sé cómo serlo.
Cuando llega la noche y duele, y algo quema, no sé cómo serlo.
Cuando la gente es una masa homogénea, cuando se ríen de los mismos chistes, cuando la crueldad es moneda y la perversión como agua; no sé cómo ser menos yo. Estoy agotada de fingir ser menos yo.
Alba. Pies fríos. Piel fría.
Debería arrancarme algo de sensibilidad del cuerpo, sólo un poco, para no llorar sentada en algún rincón del suelo; olvidándome de mirar al cielo.
Debería beber un trago que se apague con las estrellas, y cerrar los ojos, y que no me importe.
Debería, porque me dicen que es lo que debería.
Es curioso que no pueda.
No, no es curioso que no quiera.
Cuando se apagan las luces y estoy contra una pared, no es curioso que no pueda.
Aunque duela hasta que arda, no me pidas algo que no puedo hacer, algo que no puedo ser.
Hay ecos y evidencia, porque puedo ser sumisa y dulce, pero no olvides que soy una superviviente, que siempre he sido una sobreviviente.
No olvides que me la he pasado guardando en una cajita mi esencia para poder compartirla con quien realmente quiera conocerla. Y permanezca. Conmigo, permanezca.
Así que no me pidas que sea una vez más lo que no puedo ser.
Fría, dura, menos yo.
Porque no puedo serlo.
No es curioso que, esta vez, no quiera serlo.

#NoEsNo

InsomniosWhere stories live. Discover now