Un tono de gris en mis colores

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Gaspar

Me dejó, se fue dejándome el corazón destrozado, cuando empezaba a sentir que tenía un corazón latiendo dentro de mi ella se iba por mi propia culpa. Puse mis manos sobre mi cabeza cogiéndome de los cabellos con desesperación sin poder creer que esto estuviera pasando ¿cómo cambiaron tan rápido las cosas? No debí dejarla sola, debí perseguir a Camila y arrancarle ese maldito celular para eliminar esas fotos, esas malditas fotos que ahora me da asco de solo recordar todo de lo que fui capaz de hacer en ese tiempo cuando me dejaba consumir por bajos deseos y estupideces que de nada me servían ¿Qué le hice a Melody? Son un monstruo, uno que ha destrozado lo único por lo que valía la pena seguir en este asqueroso mundo, en este lugar infestado de maldad; solo ella lograba que valiera la pena levantarme cada día con el único propósito de mirar sus ojos y ver su cabello moverse con el viento, pero como era de esperarse he tenido que arruinar también eso como cada pedazo de mierda en mi inservible vida. Si pudiera ahora mismo retroceder el tiempo y poder arrancarme los brazos para no hacer nada que lastimara a la única persona que me ha importado de verdad en el mundo, lo haría sin dudar. Si pudiera causarme el mismo dolor que le estoy provocando a mi gema lo sufriría sin quejarme, no me importaría pagar con dolor físico la irremediable pena que ella está sintiendo en este momento. Si pudiera correr detrás de ella para arrastrarme a sus pies y pedirle que me perdone lo haría sin temor alguno. Si pudiera, oh si tan solo pudiera tener el valor para acabar con mi vida en este instante todos estarían más contentos.

Me senté en el mueble completamente abatido por cómo ha terminado este día, de solo recordar lo que fue ayer con todas las atenciones que Melody tuvo conmigo, sus sorpresas tan desinteresadas, no merezco nada de lo que ella ha estado ofreciéndome, su cariño, su amistad, todo eso lo he destrozado como el pobre inservible que soy. Estoy cansado de todo, de pronto mis brazos pesaban, mis piernas parecían de plomo y mi cuello no podía soportar el peso de mi cabeza; soy un despojo, aquel despojo que siempre temí ser cuando mi gema se diera cuenta de la mierda que soy y de lo poco que valgo para su vida, no valgo la pena para nadie y así debió ser desde el comienzo, ella nunca debió fijarse en mí en primer lugar.

- Perdón por hacer que te enamoraras de mí.

Lo dije en voz alta porque quisiera que ella escuchara este deseo que estaba saliendo desde lo más profundo de mi negra alma, no alcanzan las palabras para pedirle el perdón que no merezco tener pero es algo que me arrepiento de haber causado, soy tan egoísta que nunca reparé en que esto algún día pasaría. Yo mismo le di ese poder para destrozarme pero no puedo quejarme porque el culpable soy yo, todo lo malo que está pasando en su vida desde que me conoció es mi culpa y así será siempre que mi existencia la moleste porque no voy a dejarla tranquila, mientras yo esté vivo la buscaré aun sabiendo que tarde o temprano le haré daño; lo haré porque la necesito porque sin ella mi vida realmente no tiene sentido.

Dejé caer en el mueble todo el peso de mi cuerpo y cerré los ojos esperando no volver a despertar para no lidiar con la basura que sería afrontar la realidad sin Melody. En mis sueños con suerte mi gema volvería a mí, olvidaría todo lo que pasó y me dedicaría esa sonrisa que me saca de las tinieblas para darme un buen día, aunque fuera lejos de la realidad la tendría una vez más y no la dejaría ir jamás. Solo en el profundo sueño la podré tener y si duermo para siempre no volverá a dejarme; pensando en eso me dejé caer en un profundo sueño hasta que alguien me molestó.

- ¿Qué haces aquí? –me comenzaron a mover el hombro sacándome del pesado sueño en el que me consumí anoche – ¿te quedaste toda la noche acá?

La voz de mi padre me resultaba molesta y me hizo recordar las veces que me despertaba para ir a estudiar y yo solo quería hundirme en la cama para que las sábanas con un poco de suerte me tragaran pero como no soy afortunado eso nunca pasó.