¿Pueden dos mejores amigos arriesgarse a perderse el uno al otro por darle paso al amor?
Adrien y Marinette son amigos desde que eran unos inocentes y tiernos niños. Crecieron juntos y su amistad se fortaleció, volviéndose prácticamente inseparable...
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Las ventajas de que, literalmente, ya no hacíamos gran cosa durante las clases, era que podía aprovechar el tiempo para resolver una guía que la institución nos proporcionó para nuestro exámen de admisión a cualquier universidad.
Luego de haber superado arduos días de exámenes finales, era todo un alivio poder tomarse un respiro y, mientras el resto de mis compañeros platicaban sobre sus planes a futuro, yo aprovechaba para avanzar un poco con mi guía y así, tener más tiempo libre en vacaciones.
Adrien y Nino platicaban en el lugar de mi mejor amigo. Según había alcanzado a escuchar, hacían un ranking sobre los mejores videojuegos de la temporada. Luka por su parte, dormitaba en su asiento con los auriculares puestos y Alya... En la biblioteca, evitándome desde aquel día de mi detención con Adrien.
Para ser sincera, su repentina actitud conmigo me dolía más de lo que habría imaginado, aunque también la entendía, por lo cual, opté por darle su espacio.
—¡Terminé! —exclamé en un tono más elevado de lo que esperaba. Nino y Adrien voltearon a verme, ambos con una expresión de confusión en sus rostros.
—¿Terminaste? ¿Qué cosa? —preguntó mi mejor amigo. Yo sonreí y le mostré un capítulo más de la guía completamente resuelto.
—Estos ejercicios —dije orgullosa. Nino extendió su brazo hacia mi para alcanzar el cuadernillo y hojearlo mientras lanzaba un silbido de asombro.
—Vaya Mari, si que eres buena —Carraspeó —Conozco a cierto rubio que estaría encantado de que le echaras una mano con su guía.
Inmediatamente dirigí la mirada a Adrien quien se rascó la nuca mientras bajaba la mirada a sus pies.
—¿Quieres que te ayude a terminarla? —pregunté en tono amable y suave, Adrien se encogió de hombros.
— Ni siquiera la he comenzado.
Me golpeé la frente con la mano, de verdad este chico no tenía remedio.
—Tranquilo. Si gustas, yo podría... —Enmudecí en el momento en que Alya entró al salón, dedicándome una frívola mirada. Momentos después, caminó hacia Adrien quien a su vez, miró con cierta angustia a Nino... ¿De qué demonios me había perdido?
—Adrien, en vista de que los exámenes ya han terminado, espero que hoy sí podamos hablar... —dijo con un tono suave antes de depositar un corto beso en los labios de mi amigo. Yo rápidamente desvié la mirada ante la punzada en mi corazón, encontrándome con Luka quien veía toda aquella incómoda situación de reojo.
Afortunadamente, la profesora Bustier ingresó al salón para hacer entrega de los resultados de los exámenes finales. Todos nos sentamos en nuestros respectivos asientos y, después de un breve anuncio sobre las fechas para los extraordinarios (para aquellos que reprobaran) y sobre la ceremonia de graduación, comenzó a entregar la calificación final de su asignatura..
