Capitulo 1.

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Toque la puerta con los nudillos dos veces esperando una respuesta, estaba realmente nerviosa, papá me había mandado llamar ¡a su despacho!, Ese era el único lugar de la casa donde estaba prohibido estar sin permiso, definitivamente algo grande estaba pasando como para que fuera requerida mi presencia en aquel lugar tan privado. Me limpie el sudor de las manos en la falda, y entre después de que la voz amortiguada de mi padre, me concediera permiso para hacerlo, cerré la puerta despacio, y recorrí la habitación con la mirada, estaba tal y como la recordaba con las paredes estampadas de papel liso, y el piso brillante de oscura madera, nada había cambiado, incluso el viejo retrato que nos habíamos hecho tantos años atrás, seguía ahí colgado al centro de la estancia, verlo me causo un severo pinchazo en el pecho, y tuve que hacer un esfuerzo titánico para dejar de mirar lo.

Mi papá se encontraba sentado frente a su gran escritorio de caoba, y parecía estar concentrado en un montículo de papeles meticulosamente apilados frente a él, en cuanto entre alzó sus ojos de un azul grisáceo, y con un movimiento de mano, me invitó a que me sentará frente a él. Obedecí sin rechistar esperando a que el hablara, tenía las manos frente a su boca con gesto pensativo mientras parecía sopesar sus palabras, me miró largamente y pude advertir miedo y tristeza en su mirada, sus ojos parecían tener toda la pinta de que en su interior se libraba una batalla.

- Tengo que informarte de algo sumamente importante- empezó mientras tomaba una gran bocanada de aire y se reclinaba en su asiento.

- ¿Está bien Seth?- pregunté angustiada, hace un par de semanas mi hermano había tenido un aparatoso accidente en su caballo, desde entonces mis padres no parecían los mismos, se comportaban de lo más extraño.

- No, no se trata de eso- dijo con gesto afectado.

Una oleada de alivio me recorrió todo el cuerpo y un largo suspiro se escapó de mis labios, menos mal que no se trataba de Seth.

- Aunque debo admitir que eso, algo tiene que ver con lo que voy a decirte- continuó acomodándose los mechones blancos de su cabello con gesto ausenté.

- No, entiendo- respondí de lo más confundida ¡Qué diablos estaba pasando!, La curiosidad me carcomía por dentro, y una sensación desagradable se instaló en la boca de mi estómago.

- Como sabes si algo me llegará a pasar, el título recaería automáticamente en tu hermano- asentí eso ya lo sabía- pero bien sabes también que si el llegará a faltar, sin tener hijos propios u otros hermanos a los que legarles el título, este caería en manos de otros parientes.

Volví a asentir cada vez más asustada por el rumbo que tomaban sus palabras.

- Y por supuesto si eso llegará a ocurrir, ustedes quedarían totalmente desprotegidas y en merced del próximo que ocupara mi lugar, con un destino incierto- dijo mirándome directamente a los ojos, pude ver cómo tragaba saliva y su semblante sé ensombrecía.

- Eso lo se papá, pero nada de eso pasara, porque tú y Seth están aquí- musite tratando de sonar segura.

Mi padre movió la cabeza repetidamente, mientras una sonrisa sin humor se instalaba en sus labios.

- Por el momento, pero cuanto tiempo crees que me quedé a mí- contestó- y con lo que le pasó a Seth, queda más que claro que no somos invencibles.

Me quedé callada, tenía toda la razón, Seth pudo haber muerto incluso antes que él, por más que lo quisiera nadie en esta vida era eterno, por mucho amor que le tuvieras o lo mucho que lo necesitarás, nadie podía quedarse para siempre contigo. Sin poder evitarlo mis ojos se dirigieron al retrato familiar, y se quedaron clavados en el rostro de mi abuela, una nueva oleada de dolor se abrió paso desde mi estómago hasta mi garganta, haciendo me casi imposible respirar.

Dulce Venganza.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin