Dulce Venganza.

Capitulo 2.

Me pareció perfecto como Demian es justo como lo imaginé, salvo por los ojos, pero se los edite con una aplicación XD, espero que no se note mucho, Jaja.

No encontré una actriz 100% fiel a como imaginé a Scatha, la más parecida es Miranda Kerr, por sus hoyuelos y su aire de niña pequeña, y así me la imagino con sus gafas.
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Me sorprendió ver lo insistente que podía a llegar a ser Demian, yo creía que después de como reacciono al saber que yo era su prometida, no le vería ni el polvo hasta el día de la boda, dado que era un matrimonio de conveniencia tampoco esperaba ninguna clase de cortejo por su parte, sin embargo y para mi estupor Demian se dedicó a visitarme diariamente trayendo consigo siempre algún pequeño presente.
Realmente no sabía cómo reaccionar ante aquel galanteo, me sentía como una completa neófita ante sus avances e insinuaciones, además de que no podía mentirme Él no me resultaba para nada indiferente, a menos no hablando en el aspecto físico... Sabía que debería sentirme dichosa de que a pesar de que se tratara de un matrimonio sin amor, Demian estuviera haciendo hasta lo imposible para que nos lleváramos bien, y a pese a todo eso y para mi horrible desgracia no podía dejar de sentir que había algo mal ahí, algo que no me cuadraba y a lo que a su vez no podía darle forma.
Tal vez él lo supiera, pensé aterrada, mientras un escalofrió me recorrió la espalda y me hizo temblar, no, no había forma de que el supiera...
- ¿Está bien?- pregunto consternado- Parece que tiene frio.
- Oh, no...- murmure asustada tratando de que mi voz no temblara- solo fue un auto reflejo- lo tranquilice.
- ¿Segura?-.- No se le ve muy bien-insistio, mientras tomaba mi rostro con su mano y lo giraba para verme mejor.- Ha perdido todo el color de repente.
Trague saliva, estaba tan cerca que su aliento se mezclaba con el mío y me hacía cosquillas en la mejilla, sus hermosos labios estaban a solo centímetros de separación de los míos, sin poder evitarlo el color se me subió a la cara, de la forma más vergonzosa posible.
- Bien, parece que me he equivocado, usted no está para nada pálida- se burló- Más bien parece tener algo de fiebre.
- No, le aseguro que estoy completamente bien-musite azorada, haciendo mi cabeza para atrás, como un esfuerzo por mantenerme alejada de él lo más posible, mientras lanzaba una mirada escandalizada hacia donde se encontraba la señorita Watts que nos servía de carabina siempre que salíamos. Para mi tremendo alivio se hizo de la vista gorda, fingiendo mirar para otro lado.
- Bien, si insiste...- contesto algo irritado, mientras regresaba a su lugar.- Como le decía me gustaría que el anuncio de nuestro compromiso se llevara a cabo a la brevedad- prosiguió, sin mirarme, mientras apretaba con más fuerza mi mano que descansaba en su brazo.- claro, si está usted de acuerdo.
Lo medite un momento, no habría razón alguna para que me negara, la boda se llevaría a cabo tardara lo que tardara. Y por lo veía él y mi padre estaban ansiosos porque se llevara a cabo lo antes posible.
Pensé en Isis y me recordé que todo esto lo estaba haciendo por ella.
- Claro, por mí no hay ningún problema- conteste tratando de sonar relajada.
- Entonces le avisare hoy mismo a sus padres- asevero, sonriendo triunfalmente.
- Por supuesto, estarán encantados con la noticia- comente, tratando de devolverle la sonrisa.
- ¿Y qué hay de usted?- pregunto- también está encantada con la idea- susurro acercándose peligrosamente a mi rostro otra vez.
- Por supuesto- conteste a la defensiva, volteando la cara al lado contrario para evitarlo.
- Pues no lo parece- insistió, cada vez más molesto.
- Oh, discúlpeme, no creí que quisiera que me pusiera a chillar y brincar de la alegría- rebatí con amargura, él sabía perfectamente que este era un compromiso por interés, no entendía porque pretendí que me mostrara feliz cuando nada de esto era lo que yo quería.
Me lanzo una mira de hastió antes de alejarse de mí, estaba tieso como una tabla, y pude darme cuenta de que estaba a punto de perder los estribos.
- Será mejor, que demos por concluido nuestro paseo- soltó con la voz ronca, mientras me tomaba del brazo con fuerza y le hacía una seña a la señorita Watts para que nos siguiera.
Hicimos todo el trayecto en un incómodo silencio cargado de tensión, la señorita Watts no deja de lanzarme miradas llenas de dudas y reproches, que solo me hacían sentir peor.
Cuando al fin estuve sola en mi cuarto, la culpa me golpeo con fuerza, puede que no conociera del todo a Demian pero estaba segura que él no había hecho ese comentario con la intención de reprocharme nada y sin embargo yo lo había convertido en toda contienda.
Tal vez y solo tal vez la próxima vez debía disculparme, pensé.