Capitulo 3.

166 8 2
                                    

- Silvana Mormont en la portada-

Pase todo lo que restaba del día, junto a él, al parecer el pequeño incidente de la biblioteca nos había unido de una forma extraña, parecíamos estar más cómodos y más presupuestos a charlar y reír sin tapujos, era como si la cortesía y la reticiencia propia de dos desconocidos se hubiera derretido un poco dando paso al inicio de algo a lo que podríamos llamar amistad.

Demian me llevo a casa poco antes de la hora de la cena, mi padre había insistido en que se quedará a cenar con nosotros, pero él había rechazado su oferta amablemente, argumentando que había asuntos sumamente importantes que debía atender. Debia admitir que me sentí un poco decepciona ante su categorica negativa.

Me adentre al comedor del brazo de mi padre, recorriendo la mesa con una mirada esperanzada, pero no estaba ahí, conté los lugares y como me temía en la mesa solo habían dispuesto cuatro platós.

- ¿Seth no ha llegado aún?- le pregunté a Isis compungida, tomando asiento a su lado.

- No... Mamá dice que tal vez no alcance a regresar hoy- contestó con pesar, clavando su mirada en el lugar que permanecía vacío.

- Ya veo- susurré tratando de ahogar la decepción y la tristeza que empezaban a embargarme, realmente necesitaba verle.

- Vamos no te preocupes, puede que no llegue hoy, pero lo hará mañana- aseveró.- y tendrás tiempo de verle antes de... Bueno ya sabes...

-Si, tienes razón- musite no muy convencida, regalando le una sonrisa tensa.

Madre ordenó a los sirvientes empezar a servir, la mesa se llenó de inmediato de manjares provenientes del mar, salmón, pulpo, camarones, no cabia en mi de placer, sentía la boca hecha agua, no me había dado cuenta hasta ese momento de lo hambrienta que estaba.

Pinche con cuidado un pedazo de camarón dispuesta a engullirlo enseguida, cuando la puerta se abrió de repente, todos se callaron y nos miramos confundidos, antes de voltear como resortes hacia la entrada.

- Seth...- chillamos todas a la par, corriendo como pudimos hasta sus brazos.

- Llegue por los pelos- susurro, con cansancio, tenía su negro cabello despeinado, y su traje caqui de montar hecho a la medida estaba arrugado por todos lados, parecía que había tenido que enfrentarse contra una jauría de perros salvajes, para poder llegar hasta acá.

- Ya lo creo.- le recriminó Isis, apretándolo con más fuerza, parecíamos un par de boas constrictor rodeando a su presa.- Creímos que no vendrías- insistió con una enorme sonrisa rebosante de felicidad.

- Bueno, Bueno...- dijo enarcando una ceja divertido- lo importante es que ya estoy aquí ¿o no?

- Niñas, ya basta- ordenó mi madre- Van a asfixiar a su hermano, vamos déjenlo ya- nos riño con los ojos llorosos de la emoción, mamá nunca había sobrellevado muy bien permanecer lejos de ninguno de nosotros.

Obedecimos a regañadientes, realmente no queríamos separarnos de él hacia tanto que no lo veíamos, que me parecía casi un sueño tenerlo tan cerca.

- Mi niño- musitó mamá, mientras se abalanzaba contra Seth, exactamente igual como lo habíamos hecho Isis y yo hace unos momentos.- ¿Cómo te encuentras?¿Te sientes bien? ¿Cómo estuvo el viaje?- lanzo mamá una tras otra sin esperar realmente una respuesta a sus preguntas.

Mire a Seth de arriba abajo con ansiedad, solo nuestros padres había sido capaces de visitarlo durante su recuperación después del accidente, dado que se encontraba fuera de Inglaterra en ese momento fue prácticamente imposible para ambas ir a verle hasta haya.

Dulce Venganza.Where stories live. Discover now