• epílogo •

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Jungkook abrió los ojos y se quedó quieto, alarmado por lo repentino de su despertar.

Había tenido el más realista de los sueños.

Se pasó una adormilada mano por el cabello, tratando de poner en orden sus pensamientos. La revelación que acababa de golpearlo con la fuerza de un tren lo había puesto de mal humor de manera repentina. Deseando haber podido dormir un poco más, maldiciendo que su organismo hubiera regresado a la realidad por cuenta propia, Jungkook volteó el rostro y observó la cama que se encontraba al otro lado de la habitación.

No había nadie en ella, por lo que concluyó que sus hyungs ya debían haberse levantado. Todos conocían el hecho de que él era uno de los miembros a los que más les costaba despertar por las mañanas, pero usualmente ni su estatus de maknae lo libraba de que alguien le gritara o sacudiera hasta hacerlo abrir los ojos. Así que, extrañado por el hecho de que lo hubieran dejado seguir durmiendo, estiró un brazo para poder tomar su teléfono móvil.

Se hizo con el aparato a tientas y, con los ojos entrecerrados, corroboró que se había quedado sin batería, lo cual contribuyó a su incipiente malhumor. Murmurando una maldición, decidió que si no lo habían despertado por algo sería, y se volteó en la cama, dispuesto a seguir durmiendo otro rato.

Fue entonces cuando su rostro se encontró con el de la chica que dormía pacíficamente a su lado. La respiración de Jungkook se paralizó en el acto. Pestañeó un par de veces mientras la veía removerse suavemente, como si algo en sus sueños estuviera provocando dicha reacción. Conteniendo aún la respiración para no despertarla, Jungkook se la quedó mirando con atención, recorriendo cada centímetro de su rostro con ojos llenos de incredulidad.

No había sido un sueño. Todo había sido real.

Como en una película, imágenes de la noche anterior fueron apareciendo en su mente una tras otra. Abrumado, Jungkook sintió el deseo de apretarse los ojos con las manos, pero logró contenerse. Incapaz de moverse, se dedicó a seguir observándola en silencio, maravillado por la suavidad que sus rasgos denotaban al dormir. Su respiración era leve, pero podía escucharla. Su cabello, de un vibrante color anaranjado, se encontraba desparramado por doquier, contrastando con las blancas sábanas.

La imagen que se encontraba ante sus ojos era simplemente soberbia.

Jungkook habría deseado quedarse allí, mirándola, durante horas. Pero tenía una realidad a la que regresar. El mañana había finalmente llegado. Lo que se había mantenido atormentándolo ya estaba allí. No podía seguir huyendo. No podía seguir negando lo inevitable.

Soltando un suspiro, Jungkook se irguió en su lugar con mucho cuidado. Luego se sentó en el borde de la cama para tratar de despertarse por completo. Notó que el cuerpo entero le pesaba, como si estuviera quejándose de su accionar. Se quedó en esa misma posición durante un par de minutos, y entonces volteó el rostro para mirarla nuevamente.

Jungkook no tenía mucha experiencia en temas de esa índole, pero una cosa estaba clara. Conocer a Lisa no había sido una coincidencia. Nada de lo que había sucedido la noche anterior podía serlo. Como si se hubieran llamado el uno al otro, habían terminado encontrándose en medio de circunstancias inesperadas. Pero lo que importaba era que se habían encontrado. Jungkook alzó una ceja cuando vio que Lisa, aún en sueños, pasaba una mano por el lugar en el que él había dormido. Y entonces una seguridad lo impactó de lleno.

Jungkook no había sabido que estaba buscando a Lisa hasta que efectivamente la había encontrado.

Tampoco se había imaginado que tendría algo llamado "destino". Pero su destino estaba allí, en esa habitación de hotel, en la forma de una persona. Y aunque estaba seguro de ello, desconocía de qué manera podría esa nueva información encajar en su vida de siempre. Nada podría haberlo preparado para algo así, para conocer a alguien que pondría su mundo de cabeza. Y nada podría haberlo preparado para tener que dejarla ir tan pronto.

Jungkook soltó un segundo suspiro, cerrando los ojos. Con la mente en blanco, se puso de pie y caminó hasta la silla en que había dejado su camisa. Comenzó a colocársela nuevamente, demorándose más de la cuenta en cada botón. Cuando hubo terminado, dejó que sus brazos cayeran. Sus ojos volvieron a buscar la silueta de Lisa, y se preguntó si valdría la pena despertarla. Esta era la despedida definitiva, y ya no podían retrasarla más.

Pero estaba seguro de que si esos grandes ojos se abrían y le devolvían la mirada, se sentiría peor de lo que ya lo hacía. No deseaba que la última imagen que tuviera de ella fuera un retrato de tristeza.

A pesar de que aún estaba tratando de ser lo más discreto posible, no pudo contenerse más y caminó hasta la cama para luego inclinarse y dejar un beso en su frente. Lisa le había dicho que no olvidaría esa noche... y él tampoco lo haría.

Jungkook se volteó y caminó hacia la puerta, pero se detuvo justo antes de tocarla. Sus ojos se desviaron hacia la puerta entreabierta del lavabo. Allí, sobre la mesada de mármol, reposaba su gorro negro, a la espera de que fuera a reclamarlo. Pero no había nada que hacer, porque ya no le pertenecía.

Sus ojos viajaron entonces a la pequeña mesa que se encontraba a un lado de la puerta de la habitación. Sin detenerse a pensar en lo que estaba haciendo, Jungkook tomó el bolígrafo que reposaba sobre ella y lo apoyó sobre el bloc de notas que también estaba allí. De repente, como desde una familiar lejanía, la misma canción con la que había arrullado a Lisa volvió a su mente en forma de fragmentos desordenados. Cerró los ojos un momento, y luego volvió a abrirlos. Garabateó un par de frases sin prisa alguna, y luego las releyó. Volvió a dejar todo en donde estaba, y se volteó una última vez.

Trató de imprimir esa imagen en su cerebro para que lo acompañara a todas horas, y cuando sintió que la había memorizado, se decidió a hacer lo que ya había demorado bastante. Con una última mirada a Lisa, giró el pestillo de la puerta y salió de la habitación, dejando como único rastro de su presencia un papel escrito.

"No sabemos lo que nos sucederá más tarde, pero me gusta que no haya nada decidido. ¿A quién le importa lo que digan los demás?"

(En algún punto, tienes que darte cuenta de que algunas personas pueden quedarse en tu corazón pero no en tu vida)

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(En algún punto, tienes que darte cuenta de que algunas personas pueden quedarse en tu corazón pero no en tu vida)

~ FIN ~

Like tomorrow doesn't exist  #LISKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora