[Capítulo 20]

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A la mañana siguiente la alarma de Estefan comenzó a sonar.

-¿Desayunamos juntos? -Digo desperezándome.

-Si cariño.

-De acuerdo, me cambio y vamos.

Después de vestirme, cepillarme los dientes y el cabello, bajamos a desayunar.

Mientras el ascensor bajaba, me detuve a observar a Estefan, estaba hermoso en su traje azul marino, corbata y camisa blanca.

-¿Qué tanto miras? -Rayos, me descubrió viéndolo.

-Yo... Pues... -Podía sentir como me ardían los cachetes- Voy a tener que acompañante a todos lados, así las mujeres no se acercan a lo que es mío. -Digo acercándome a darle un beso.

-Me encanta que me celes. -Dice él tomándome en sus brazos mientras ríe.

-¿A sí? -Digo sonriendo.

-Si, vamos.

Descendimos del ascensor y fuimos al comedor grande.

Una vez que Estefan terminó de desayunar, se puso en marcha a la primera reunión que tenía aquella mañana.

-Hasta más tarde cariño. Te veo a la tarde.

-De acuerdo amor. Hoy iré a recorrer un poco.

-Está bien, lleva a Martín contigo.

-Bueno amor, hasta más tarde. -Digo mientras le doy un corto beso de despedida.

Subí de vuelta a la habitación, tomé mi cartera con toda la documentación, mi móvil y me puse en marcha.

Al llegar a recepción pedí que me mandaran a buscar el auto y una vez que este llegó, fui a mi primera excursión.

Estábamos desplazándonos por las calles de Madrid cuando el chofer frena en un semáforo.

Estaba viendo por la ventana, cuando mi vista se posa en un periódico que me llamó la atención.

-Martín, esperame un segundo. -Y sin esperar respuesta, descendí del auto, tomé el periódico, saqué un billete de veinte euros, se lo entregué al comerciante y sin esperar el vuelto, volví a toda velocidad al auto.

Al ver la tapa me quedé de piedra. En la primera plana había una foto de Estefan y yo del día anterior en la plaza, el título en letras amarillas decía "Otra vez juntos", en la pagina diecinueve se podía leer toda la información.

Fui hasta la página y en ella había una foto más de nosotros dos, nos la sacaron mientras estábamos en el restaurante donde merendamos. Comencé a leer la noticia.

"Ayer por la tarde se lo vio al soltero más codiciado, el señor Estefan Alvarado junto a su ex prometida Maite Green, que como todos recordarán, el año pasado rompieron su compromiso debido a rumores de un engaño por parte del guapo empresario.
Por lo visto se reencontraron y ambos decidieron apostar una vez más a su relación con un viaje de reconciliación. Ayer por la tarde se los pudo ver muy cariñosos, merendando en un café y tomándose fotos en la Plaza Mayor de Madrid..."

Esto no podía estar pasando. Tomé mi móvil para mandarle un mensaje a Estefan cuando este comenzó a sonar. Era una llamada de él.

-Estefan, salimos en un periódico local.

-¿Ya te enteraste?

-Si, algún reportero nos vio y nos reconoció.

-¿Donde estás?

-Estoy yendo al Museo del Romanticismo. Estoy con Martín.

-Bueno. Ten cuidado. Volveré a la reunión.

-Te quiero amor.

-Te quiero cariño.

Apenas corté llegamos al lugar, el chofer y yo descendimos del auto.

Después de pagar la entrada, comenzamos a recorrer el museo.

-Lamento que lo aburra con estas cosas.

-No se preocupe señorita Green, no es molestia.

-Por favor, nada de formalismo, dime Maite.

-De acuerdo Maite.

-¿Eres de acá?

-De Santander.

-¿Tienes familia?

-Si, una esposa y dos niñas. -De su billetera sacó una foto y me la entregó.

-Son muy lindas.

-Ellas son Dana y Kiara. Y mi esposa se llama Jessica.

-Tiene una familia muy linda. -Digo entregándosela de nuevo.

Comenzamos a ver las habitaciones, una era más linda que la otra. Estuvimos recorriendo el lugar por al menos dos horas.

Cuando terminamos nuestro recorrido, ambos fuimos hasta el café del Museo y pedimos unas ensaladas para almorzar algo.

Cuando terminamos volvimos al auto y regresamos al hotel.
Ingresé a la habitación, pero me llevé una desilusión al notar que Estefan no había llegado aún. Decidí ir al spa por un masaje.

Me llevé el móvil por si Estefan o mi madre llamaban. Con todo esto de que habíamos salido en los medios era cuestión de horas que mi madre llamara para saber cómo estaba.

Contrato con una mortal.® Parte II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora