El hogar de las metáforas

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Aclaro que esta parte no es de mi autoría, o no completamente, al menos; estando por ahí en un sueño, una chica me contó...

"Pueden llamarme puta. Porque sí, estando en una relación veo a los demás, porque me parecen atractivos; porque algunos hasta me hacen querer besarlos. Pueden llamarme puta por admitir que no pienso en mi pareja todo el día. Sí, que me llamen puta, pero quiero decirte lo demás, mi parte de la historia que a nadie parece interesarle:

Los veo y sé que no son él, porque me parecen atractivos pero estoy segura de que por ninguno sentiría lo mismo; que no beso a otra persona, no por como me sienta yo, sino porque sé como se sentiría mi pareja y no es lo que quiero, que pienso en él y me doy cuenta que no necesito besar a nadie más. Que sin importar cuanto lo piense siempre querré que mi todo sea con él.

Es el punto que le da valor a mi cero. El arcoíris que veo después de mi tormenta. El café que me consuela cuando termino un libro. Es parte de mí, y yo parte de él. Y si se le puede llamar puta a alguien que ama, ve y piensa lo que quiera, disfrutando de su libertad y respetándose a sí misma al elegir de nuevo a su pareja; pueden llamarme puta, y si ese es el concepto que tienen, yo misma lo aceptaré. Seré una puta enamorada, que vive su libertad respetando y amando a la persona que eligió."