Un par de tumbas... o dos

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Caminaron no más de un minuto cuando alcanzaron a visualizar la figura de Yokozawa y se acercaron a él. Cuando escuchó su nombre giró la cabeza para ver a un par de castaños que se acercaban con expresiones confusas para él en ese momento, pues claramente podía ver que estaban confundidos, pero también alegres, tal vez... ¿De verlo?
Giro de nuevo su cabeza observando nuevamente las tumbas, los castaños se pararon a cada  lado del peliazul guardando silencio.

—¿porqué no me dijiste que vendrías?

—olvidas que quise hablar contigo y me ignoraste...

—lo siento, ellos son...

—mis padres... Hace mucho que fallecieron pero, no había venido aquí desde hace tiempo.

—oniichan... ¿Quien es Lynn y Makoto?

—¿eh? ¿A qué se debe la pregunta?

—las tumbas de aquí, también dicen  Yokozawa... Por eso, pensé que los conocías— era verdad, al lado de las tumbas de sus padres había dos mas, pero considerando la fecha de fallecimiento, Yokozawa se  dió cuenta de que, ambos... Eran los hijos de su hermano Haku. En ese momento alzo el rostro buscando por todas partes hasta que, en el punto mas alto de aquella colina  donde se encontraba un enorme árbol se encontraba efectivamente Haku, sentado  al lado de una mujer que supuso, era su esposa. Quiso ir hasta donde ambos se encontraban pero una mano detuvo su andar y al voltear a ver al responsable se dio cuenta de que era Kirishima

—¿sueltame quieres?

—no, Yokozawa tal vez no te das cuenta, pero Hiyo y yo hemos venido por ti, no para devolverte a casa si no estas listo aún, pero estamos aquí para apoyarte en todo, así que por favor confía en nosotros y no nos dejes a un lado ¿si? Nosotros te amamos y nos duele que nos estés dejando atrás y vayas por tu cuenta.

Ante lo dicho, la pequeña asintió con la cabeza reafirmando así las palabras de su padre, Yokozawa se sintió un poco culpable de sus acciones y dándole la razón a Kirishima lo tomo de la mano y subieron la colina junto a su hija.

Al llegar a lo mas alto se dieron cuenta de que había una hermosa mujer de mirada dulce sentada en una banca, pero Haku ya no estaba allí.

—disculpe, pero... Estoy buscando a Haku y, me pareció verlo con usted.

—oh, si, ha ido a buscar algo pero no tarda en volver, si gustan pueden esperarlo aquí.

—pero, usted sabe a donde fue, ¿no es así? ¿Porqué no nos lleva con él? ¿Qué pasa si no vuelve?

—Mi pequeña niña,—dijo al tiempo que acariciaba su mejilla— él tiene que volver y no va a tardar, sé un poco paciente, ¿de acuerdo?— Hiyori se sintió algo avergonzada y un rubor apareció en sus mejillas, nadie le había hablado así antes pero... La voz de aquella mujer era tan dulce y suave, como la voz de un ángel que era casi imposible decirle que no, quedó prácticamente hipnotizada con tan solo ver sus ojos. Aún así y tratando de salir del trance en el que se encontraba no quiso desistir por lo que comenzó a jalar un poco del brazo de aquella mujer cuyo nombre le era desconocido.

—¡por favor, hemos venido de lejos solo para verlo!—su mirada era suplicante pero la mujer se mantuvo tranquila y observaba lo decidida que era la niña causándole ternura, la pequeña  jalaba de su brazo hasta que una voz detrás de ella la detuvo.

—por favor te pido que la sueltes— al darse vuelta vio a Haku parado detrás de ella, ningún adulto había reparado en su presencia y pasando entre ellos se acerco a la mujer y luego de cargarla entre sus brazos la sentó nuevamente en una silla de ruedas.— ella no puede caminar, así que si jalabas un poco más podrías haberla tirado.

Ninguno de los visitantes esperaba aquella reacción tan calma, nadie dijo nada y Hiyo  se sentía peor que antes, pero se dispuso a disculparse aunque con algo de dificultad en su voz.— yo... Yo, lo... Lo siento, no sabía...

—está bien, no lo sabías, así que no hay nada que disculpar.— Haku mostró una sonrisa amable a la niña y se disponía a marchar de nuevo cuando una voz familiar le detuvo.

—¡espera! Por favor...

Que Fue Lo Que Pasó!!??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora