Capítulo 7

7.8K 602 11
                                    

(Kelsey)


-Ahora vamos, te voy a presentar a mis padres –me dijo cogiéndome da la mano y guiándome hacia afuera sin dejarme decir nada.

Justo cuando íbamos a subir las escaleras la puerta de la entrada se abrió de golpe apareciendo un chico que parecía bastante alterado.

-Alfa, una emergencia –dijo el chico.

-¿Qué ocurre? –pregunto Alfa serio pero sin soltarme.

-Beta ha mandado a un chico con un mensaje. Dice que la manada WhipNightly está atacando otra vez el pueblo pero que el Alfa no está. No sabe si están desobedeciéndole o es que él intenta una emboscada contra nosotros.

No había entendido muy bien que había querido decir, porque a mí se me sonaba a que el mismo se atacaba o que alguien con el mismo nombre le atacaba.

-Entiendo avisa a los hombres que estén preparados –ordeno.

El chico salió corriendo por donde vino.

-¡BIBI! –grito Alfa.

-¿En qué le puedo ayudar, Alfa? –dijo Bibi apareciendo de golpe, sobresaltándome.

-Avisa a mi madre de que me tengo que ir, puede ser que nos ataquen, y llévate a la Luna a mi habitación, que no salga de ahí, hasta que yo no haya vuelto ¿entendido?

-Sí, Alfa.

-Hazme caso y no me desobedezcas –me ordeno mirándome fijamente.

Decidí no decir nada.

Alfa, me agarro de la nuca rápidamente y planto sus labios en los míos, como si los devorara, como si no los hubiera probado hace unos minutos. Obligándome a separar los labios para profundizar el beso aunque yo pusiera resistencia.

Salió corriendo dejándome ahí, descolocada. Bibi por otra parte no parecía para nada escandalizada.

-Espere aquí Luna, enseguida la acompaño a su cuarto. Voy a buscar a lady Langton –dijo antes de irse.

Una vez sola corrí por el pasillo hasta la biblioteca. No me iba a quedar aquí parada, iba a aprovechar que se iban a ir para escapar de esta casa de locos.

Volví a saltar por el ventanal igual que esta mañana. En cuanto toque suelo salí corriendo, esta vez sin entretenerme.

Me interne en el bosque tomando la dirección que creía que creía correcta para llegar a la mansión Lamont, si resultaba no ser la dirección correcta tampoco me importara, mi objetiva alejarme era lo máximo posible antes de que se dieran cuenta que no estaba.

Llevaba un par de horas corriendo cuando note que me faltaba el aire por lo que tuve que parar me senté apoyada en suelo apoyada en un gran árbol donde podía esconderme un poco con las plantas altas. No me iba a quedar mucho rato tampoco.

Mientras intentaba volver a respirar normal intente escuchar a mí alrededor, por si escuchaba algo. Solo escuche insectos, y el viento rozando las ramas de los árboles. Tampoco veía nada sospechoso delante de mí, eso me tranquilizaba un poco.

Cuando me iba a levantar pude notar que algo ya no iba bien. No se escuchaban los insectos, todo parecía haberse parado en el tiempo, no se escuchaba ningún sonido.

Me levante rápidamente y empecé a correr en una dirección aleatoria con la intención de alejarme de lo que hubiera allí.

No llegue muy lejos cuando me encontré rodeada de lobos. Me estaban sacando los dientes y me gruñían de manera agresiva. Empecé a temblar del miedo cuando se fueron acercando cerrando toda vía de escape.

Un lobo se acercó a mí pero no me di cuenta hasta que no me agarro del vestido, con sus dientes, y levanto del suelo. Yo me revolví intentando soltarme, esta vez no podía escabullirme como la última vez ya que no llevaba ropa que pudiera quitarme tan fácil como la de hombre.

Todos los lobos empezaron a andar, incluso él que me llevaba en la boca. No me estaban llevando a la mansión, estaban tomando otra dirección Seguía pateando el aire sin mucho éxito mientras me llevaba a través de la parte más frondosa del bosque. Hasta que llegamos a un camino de tierra que iba entre una pared de rocas y por el borde de un precipicio.

Los lobos tenían que pasar de uno en uno ya que el canino es bastante estrecho. A mitad de camino pude ver como acaba por entrar en una cueva. Seguramente donde me comerían.

Presa del pánico patee la pared de roca provocando que el lobo que me llevaba perdiera el equilibrio, resbalara y me soltara. Caímos por el precipicio rodando por las rocas. Me tape la cara con los brazos y rodé hasta que un tronco paro mi descenso.

Me había golpeado todo el cuerpo con las rocas, me costaba respirar. Abrí los ojos para buscar al lobo, pero no lo encontré por lo que me incorpore apoyándome en el tronco para poder seguir buscando y entonces vi el cuerpo de un hombre desnudo con una rama clavada en el estómago.

Aparte la vista rápidamente, me entraron arcadas de ver como su sangre salía por todos lados, por su boca, estomago, espalda. Todo su cuerpo teñido de su propia sangre. Era demasiado desagradable ver eso.

Mire mis manos, brazos y piernas, estaba toda rasguñada y con alguna herida muy dolorosa, pero lo que más me dolía eran las costillas además el vestido estaba empapándose de sangre por el costado y no sabía si era sangre de ese hombre o la mía propia. Seguramente es la mía viendo como poco a poco crece la mancha.

Tenía que buscar ayuda por lo que poco a poco y con ayuda del tronco me fui levantando hasta quedar en pie. Me dolía tener que aguantar mi propio peso. Así que caminé agarrándome a lo que podía.

Llevaría pocos tres pasos cuando escuche un aullido lejano pero potente que hizo que mi bello se erizara y la piel se me pusiera de gallina.

Aun temerosa de que alguno de los otros lobos viniera a por mí me di prisa en caminar y ahora sí que ya iba sin rumbo, interiormente solo rezaba para encontrar a alguien que me pudiera ayudar o algún lugar donde pudiera esconderme de esos lobos locos que me perseguían.

El misterio del camafeoWhere stories live. Discover now