Detente

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-Tienes que detenerte, es decir, está enfermo pero no puedes estarlo hostigando.

-Mamá, él me ha pedido que lo acompañe, quiero cuidarlo un poco.

Me salí con la mía, coloqué crema especial en mis manos y la unté en su cuerpo mientras daba leves masajes. No me gustaba verlo así de 'enronchado' pero se miraba bastante animado.

Me preocupaba demasiado, sólo una intoxicación pero aún así, era malo.

Recuerdo haber llevado distintos medicamentos, por si se presentaba algo más.

Al final de la noche podía recargarme en el pecho de mi paciente, después de ese día.

Página En BlancoWhere stories live. Discover now