Mi corazón estaba embelesado. El día anterior había sido un éxito en la playa.
Demasiadas fotos y muchos cariños provocadores, lo suficiente para desearlo tanto.
Había llegado el fin de otro día, mientras texteaba con mi amado, era hora de decir "buenas noches".
-Buenas noches amor, descansa, te amo.
Realmente lo amaba, daría mi vida por él si así fuera necesario.
Pero su respuesta no fue la que yo hubiese deseado. Él estaba incómodo, deseando contarme pero aterrado por hacerlo.
"Aún al despedirme de ti, después de decirte <buenas noches, te amo -----> en vez de pensar tu nombre, recuerdo el de ella. Es como si una pequeña voz en mi mente aún me lo recordará al decirte <te amo> tal vez es la costumbre que tenía"
Yo no podía ocupar lugar en su corazón así.
Fue una bofetada, me había dolido hasta el alma, mi nombre no resonaba en su cabeza, era el de ella.
Se prohibieron los te amo, pues ya no sabía cuál era para mí y cuál no.
No me lo digas porque me duele.
