F l a s h b a c k III

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Las lágrimas salían sin pedir permiso y sin poder parar de las mejillas de la chica. Una prueba de embarazo positiva posaba en el mármol del lavamanos y era la causante de su malestar.
Con ambas manos cubrió su rostro y sollozó aún más al hacerse preguntas.

¿Qué diría Santiago?

¿Cómo reaccionaría?

¿Sería buen padre?

¿La seguiría maltratando aún embarazada?

¿Le obligaría a abortar?

¿Cambiaría?

¿La dejaría sin más?

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Las llaves de Santiago se escucharon en la puerta, mientras Bar seguía llorando en el sofá, limpió rápidamente sus lágrimas. Los pasos fuertes de su pareja hicieron eco en el pasillo hasta entrar en el campo de vista de Bárbara. Tomó asiento en el sofá.


"Estás preciosa" sonrió acariciando su pierna. Sin avisar, subió encima de ella, besando su cuello.

"Santiago no" murmuró haciendo una mueca de incomodidad, sintiendo a Santi tomar sus manos mientras hacía marcas en su cuello.

"Cállate" soltó sus muñecas un momento, para tirar la sábana que cubría el cuerpo de la chica. Miró la pijama que tenía puesta y sonriente, bajó sus besos.

"Espera" trató de apartarlo, poniendo ambas manos en su pecho "Santiago, espera" sollozó "tenemos que hablar".

"¿Qué mierda tenés?" Se levantó molesto. Bar limpió sus lágrimas, haciéndolo enojar más.

"Tengo qué decirte algo".

"¡Dilo, maldita sea!" Tiró la lámpara de la mesita. Sollozó y le arrojó la prueba de embarazo. Él se agachó y la miró. "Estás de joda" la miró.

Negó levemente "estoy embarazada, Santiago" murmuró. Gritó de dolor al sentir el primer golpe en su mejilla.

"¡No lo estás! ¡No lo tendrás y punto!" Gritó furioso tirando de la cabellera de Bárbara.

"Déjame" sollozó, tratando de apartarlo. "Por favor, Santiago".

"¡Esa cosa no va a nacer! ¡No va a nacer!" La empujó hacia el sofá. "No tengo idea de que harás, Bárbara, pero si regreso y sigue ahí,vte juro que lo mato a golpes y de paso a vos" salió adorando fuertemente la puerta. Sollozó cubriendo su rostro.

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Sollozó por milésima vez en todo el día, mirando las pastillas que posaban en el mármol del lavamanos. Era lo mejor que podía hacer por él o ella, no podría traer un bebé al mundo para sufrir tanto como ella.
Sollozando abrió el bote de pastillas y vaciándolas en su mano. Cerró los ojos preparándose mentalmente para el caos que sería el baño en cuestión de minutos.

A punto de llevarlas a su boca, el iPhone de Bárbara timbró indicando una llamada. Salió a la habitación y contestó al número desconocido.

"El paciente Santiago Romero sufrió un ataque, estaba internado en éste hospital, pero falleció por la cantidad de sangre perdida"

I n s t a g r a m  || Sergi Roberto ||Where stories live. Discover now