Capítulo 2

5.6K 551 58
                                    

El celular se le resbaló de los dedos, su vibrar lo había asustado. Tenía la vista nublada y llorosa, sus manos temblaban, la respiración se le ralentizaba y no pudo llamar a su hermana, ahora tenía un celular sonando al lado.

El cuerpo le dolía, el ardor se expandía desde la punta de sus pies hasta la frente y sobre todo en la parte baja del estómago, quizás un poco más abajo. Sacudió su cabeza para volver a concentrarse.

No recordaba donde dejó los lentes, sin ellos veía horriblemente borroso. No distinguía el nombre del contacto y su fuerza era tan poca que no quería levantar al celular para poder identificar al responsable de la llamada.

Estaba jodido. Solo le quedaba deslizar el dedo y ponerlo en altavoz para tratar de identificar algún rasgo en la voz, quizás era algún familiar o amigo que pudiera ayudarle. Contestó.

— Yuuri, ¿Estás bien? Dime que estás bien, por favor.

Y esa voz se deslizaba lenta y preocupada.

Como le encantaba ese tono. Como le gustaba Viktor, era su todo. Un todo que lo había hecho sufrir demasiado, el dolor seguía ahí, punzando su corazón y atacándolo con recuerdos.

—Háblame. Yuuri, por favor. Mi amor, no me hagas esto.

— ¿Ahora sí te preocupo? — masculló Yuuri —. ¿Cómo te enteraste? — dijo rápidamente cambiando el tema, lo hizo con esfuerzo para no hace notar cuan afectado estaba.

—Tu aroma — oyó decir.

— Claro, es porque soy un omega — soltó una risa afectada—. Por qué solo sirvo para esto — Yuuri sentía un dolor profundo que le quemaba en las entrañas, quería que todo parara.

Todas las inseguridades del omega salían en estos momentos. Detestaba el celo. Lo odiaba.

Se sentía tan necesitado y débil, mucho peor de lo normal. Solo es un omega y necesita de un alfa cariñoso, uno que le diga lo valioso que es. Pero ahora solo puede recordar la imagen impresa en su retina de esa estúpida omega colgando del brazo de Viktor.

Su Viktor.

—Mi celo adelantó el tuyo, Yuuri — el alfa habló aun afectado por las palabras del omega.

— ¿Qué?

—Entro en celo en unas horas. Yo lo lamento tanto, acabo de verlo en el calendario de mi celular. Te puse en peligro, y te hice toda esa mierda antes, pero no es porque no te amara. Créeme. Yo solo tenía miedo — El cuerpo de Yuuri estaba entrando en calma, solo un poco. El calor y dolor penetrante seguía ahí. Sus sentimientos en cambio, estaban como locos. No sabía qué pensar, qué decir.

—Miedo de qué, eres un alfa. — Dijo Yuuri, sin meditar demasiado.

—Por eso mismo tenía miedo — se oyó el suspiro lento—. Creí que había posibilidad de que no fuera tu destinado, que no podría retenerte. Tendría que dejarte ir y preferí alejarme primero —paró un momento —. Y no, no tienes la culpa de ese pensamiento, yo fui el idiota que creo todo en su mente. Y no sé en qué momento se me ocurrió... solo creo que la estupidez me inundó y ah bueno...

Yuuri oyó como si la cabeza Viktor fuera golpeada contra la pared.— Creo entender— respondió el omega; en realidad eso fue lo primero en lo que pensó, cuando en un comienzo se preguntó qué le sucedía a Viktor. Suspiró, su garganta estaba seca. — Vale, pero igual no tienes permitido tocarme.

El alfa bufó enojado. — No estaba llamando por eso.

Yuuri reconoció que esta vez se había pasado, — ¿Entonces? — inquirió un tanto relajado. Trató de pensar en otra cosa que no fuera el lubricante goteando entre sus piernas y su cuerpo sofocado en ese pequeño espacio.

— Quería saber que estabas bien. Tenía que estar seguro de que no corrías ningún peligro.

El omega no estaba bien y no lo estaría en un futuro cercano, tampoco. Un celo sin pareja es siempre doloroso. Sudas, te deshidratas y todos tus sentidos solo se concentran en el horrible sentimiento de estar vacío.

— Gracias, debo darte un poco de crédito, creí que esa omega había robado toda tu atención.

El alfa gruñó, era difícil tener a su omega a la defensiva y al otro lado del teléfono. Demasiada distancia, no estaba acostumbrado a lidiar con esto. Aunque ya que se lo merecía, tenía que aguantarse.

— Yuuri, ella me desagrada  demasiado — habló calmado —. Huele a frutilla, yo soy alérgico a eso. Así que cuando se me acerca, es más que asqueroso. Es repulsivo. 

El omega sonrió desde el otro lado, ellos necesitaban esto. Conversar. Lástima que estuviera a minutos de que su celo lo consumiera por completo. Yuuri soltó un gimoteo fuerte cuando un fuerte escalofrió lo recorrió. — Joder, esto se pondrá peor — dijo el omega, mientras las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas. Momentos como este le hacían detestar su vida.

— Mierda. Yuuri, no quiero que sufras. Por Dios me voy a volver loco — Viktor estaba con los nervios de punta, todos sus sentidos buscaban aliviar a su omega. Si seguía sin hacer nada terminaría arrancándose cada uno de sus cabellos.

El omega sollozó con más fuerza. — Viktor, esto no es normal. Me siento enfermo, debería sentirme acalorado. La cabeza me está matando y mi temperatura es demasiada alta para un celo. No puedo ni pararme —. Yuuri no mentía, estaba entrando en pánico, se sentía morir ¿Cómo no había notado estas variaciones? —. En mis anteriores celos podía hacerlo. De verdad, iba por agua y ahora apenas puedo sostener el teléfono.

Viktor apretó su teléfono sin saber qué hacer, sus nudillos se estaban volviendo blancos por tanta presión. — Buscare a tus padres. Sí, eso haré.

La conciencia del omega se iba a grandes pasos. — No puedes, entrarás en celo pronto. Ven por mí.

— ¿Qué?

— Solo ven por mí. Yo te lo estoy pidiendo, no te echaré la culpa de esto. Quizás deberíamos arreglar todo primero, pero esto nos va a matar a los dos. Sé que lo entiendes.

Viktor asintió con un nudo en la garganta, odiaba esta naturaleza. Odiaba los impulsos de su alfa, casi tanto como Yuuri odia la debilidad de su omega.

— Yuuri, sabes que no me imagino con otra persona en mi celo. Y si no lo sabes quiero que lo sepas. Eres el ser más bonito que han podido ver mis ojos. Amo tu ternura, amo todo de ti —. El alfa escuchaba la respiración acompasada de Yuuri. — Necesito que resistas hasta que llegue. Voy a ir por ti, y no solo porque deba ayudarte en tu celo, es porque yo soy tuyo y tú eres mío.

— Lo sé, ahora apúrate — respondió el omega antes de colgar. Si no hacía eso, Viktor se tardaría en venir por él. Quería sonreír, pero su cuerpo no se lo permitía. Se hizo un ovillo en el suelo tratando de dejar de llorar. Los mejores comienzos vienen después de estar destruidos. Pensó. Tratando de tranquilizarse con esa frase rondando en su mente. 

Only one callDonde viven las historias. Descúbrelo ahora