2. ADAM TAYLOR

49 11 3
                                    

NOTA DE LA AUTORA

Mi Adam Taylor en multimedia, comenten y voten. 

Besos enormes!

---------

Estoy en una mala época, fuera de mi, actuando violentamente, intentando y fallando.

Estoy en un año de decisiones.

Mis padres no están contentos, y no son los tipos de padres que quieres hacer enojar. Son unos cabrones que no aceptan excusas, ni siquiera las grandes que estoy dando. Pero hey, no me encuentro bien. Y generalmente hablando, soy jodidamente bueno en todo lo que hago.

Soy un mujeriego, desde...que quiero a alguien que no puedo tener; soy un maldito estudioso, de esos que nadie sabe y un chico promedio. Eso es una mentira. No soy un promedio. Luzco como una estrella de cine y me muevo como un atleta. Es normal sentir celos, desearme. Pero no me envidies, me lo he ganado pasando horas en el gimnasio desde los trece años.

No soy tan malo como sueno. Soy como el mismísimo Lucifer. Ambos somos tipos alegres con una pasión por las cosas peligrosas, el color negro y elegir a la chica equivocada.

De hecho, ahora mismo acabo de salir de un bar de mierda y voy camino a comer con mis amigos; Trevor, Smith, Emerson, Asher y Vincent. Este último mi mejor amigo de hace años, pero un maldito hijo de puta que se fijo en mi chica.

Por donde transito últimamente no es un lugar muy seguro, pero la mayoría de los que viven por acá me conocen; me subo a mi Harley Davidson y voy camino a la casa de Smith, donde siempre nos juntamos a comer y beber, es una casa colonial de dos pisos y carece de color por lo cual es reconocible desde aproximadamente doscientos metros.

Se escucha desde afuera el bullicio de los cinco, me apuro a llegar o Trevor seguramente se comerá mi hamburguesa. Se están preguntando como lo sé; pues los chicos tienen una manía por las hamburguesas, y cada fin de semana van a un lugar distinto a comprarlas para probar las mismas de cada local; es estúpido y me he cansado de decírselos pero siguen insistiendo en lo mismo.

Abro la puerta de la casa, cada uno de ellos se callan y me observan.

—¡Adam! ¡Oh, Adam! ¿Por dónde has andando? —Imita con voz femenina Vincent—. ¡Oh, Adam! Eres tan sexy cuando me miras así.

Lo observo con una mueca de desagrado al idiota que tengo como mejor amigo y todos se ríen, excepto yo.

—¿Qué demonios te pasa? —pregunto.

—Vincent no deja de pensar en la chica del nuevo local. —dice Smith con la mayor naturalidad.

Los miro a todos de reojo y tomó mi hamburguesa, empiezo a masticar y por Dios está hamburguesa es la mejor que he probado hasta el momento.

—Fuiste un idiota Emerson al tratarla mal, no se lo merecía. — dijo el pacifico Asher.

Me da mala espina, mi apetito había sido masacrado eficazmente en cuestión de segundos. Decido unirme a la conversación para no perderme de nada.

—¿Acerca de quién estas fantaseando Vincent?

—De...—pasa un brillo por sus ojos, la respuesta se que no me va a gustar; pero es interrumpido por el hijo de puta de Trevor.

—Muchachos en unas horas vienen mis padres, empecemos a despejar la casa, no quiero que pase como la última vez que nos sacaron a patadas. —dijo carente de gestos.

Nos levantamos todos al mismo tiempo, cada uno toma la llave de su respectiva moto; me olvide decirles que tenemos un llavero en la puerta con cinco ganchos para dejar las llaves. Saludé con un asentimiento a cada uno, encendí la moto y me fui sin más preámbulos a aquel descampado donde iba muy debes en cuando a fumar.

Está a una distancia lejana, es una casa en construcción que fue dejada al olvido, tiene un alambrado inestable por el cual se puede pasar sin tener un rasguño y está rodeado en cada extremo opuesto de sauces. Oculto la moto cuidadosamente, y camino hasta la ventana de la misma donde me siento a fumar en el medio de una profunda oscuridad.

Unos minutos más tarde, escuchó una voz y pasos cercanos. Voy por el tercer cigarrillo, veo a un gato negro que se pavonea con arrogancia. Pensarías que acaba de ganar el Premio Oscar. Pero no lo hizo. ¿Sabes por qué? Porque es un maldito gato.

El gato me ve y rueda sus ojos. Lo hace. Enserio. Cuándo estoy por gritarle que se vaya, me percato que alguien viene detrás hablando con el mismísimo gato.

—Pequeño, no hace falta que me acompañes a casa como todas las noches. —dijo alguien con voz dulce y jocosa—No hay nadie a estas horas por acá.

Esa voz me suena de algún lugar y maldita sea su cuerpo es caliente, pero lo que más me intriga es su rostro. Sin embargo, no se voltea y su pelo funciona como una cortina. Instintivamente doy dos pasos a la derecha y piso unas hojas produciendo un crujido.

La mirada de la chica se estrelló en la oscuridad. Inspiré de golpe, pasmado por la intensidad de su mirada. Mi cigarrillo cayó de mis débiles dedos. Sus ojos bajaron, sus gruesas pestañas abanicando sus mejillas. Una pequeña sonrisa tiró de sus labios, y dijo.

—Gatito, seguramente debe ser un ratón.

No sabía qué hacer, mi corazón se lanzó contra mi caja torácica permanecí ahí parado viendo como se alejaba por segunda vez en mi vida y yo sin hacer absolutamente nada. 

DIFFERENT STORMWhere stories live. Discover now