La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).

25)Sigo sin amarte.

25)SIGO SIN AMARTE.

JOSH.

Nada más irme y decirle esa frase a Emilie no podía parar de pensar en lo gilipollas que había sido. Tenía que haberle seguido el rollo, tenía que haberle dicho que sí, que Erika es mi novia y no haberme sincerado, pero lo hecho, hecho está.

Llevaba despierto desde que entró a su habitación por la mañana. Fingir dormir me salió instantáneamente, aunque como se durmió enseguida no tuve que disimular mucho. Además, cuando duerme deja su lado fiera a un lado para convertirse en un ángel pacífico. Estoy seguro de que los mejores momentos del día para ella son cuando duerme largo y tendido.

Mientras dormía no pude evitar preguntarme... ¿Dónde estuvo ayer? La oí hablar con alguien por teléfono, y justo después de nuestra peleílla, ¡adiós! Ni siquiera salió por la planta baja. Normal que no me diese cuenta de que se había ausentado.

Cuando se durmió me llegó un mensaje de Erika diciéndome que teníamos que movernos y adelantarnos a nuestros contrincantes, que nos habían tendido una trampa en el parking y que lo había descubierto hace unos momentos antes de enviarme el mensaje. Le dije que iría más tarde ya que estaba agotadísimo por esperar toda la noche a Emilie, y al final sí que acabé dormido. Cuando me desperté ella ya lo estaba. Hablamos y pasó lo que no quería que pasara ya que, seguramente, cuando tenga oportunidad me preguntará a qué chica no le gusto. Y no le voy a responder.

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Después de todo eso me dirigí a una cafetería. Erika incluso había pedido por mí algo para tomar.

—Le he enviado un mensaje a Mary diciéndole que va a descubrir toda la verdad sobre uno de sus mejores amigos si va al callejón ese sin salida que está donde la floristería y eso.

—¿Para?

—Le he enviado también un mensaje al hombre, al secuestrador y al compinche para que vayan a ese lugar. Si hablan de algo Emilie se enterará y podrá impedirlo por una vez en su vida, claro, porque a no ser que sea tontita y le cueste hacer algo bien...

—¿Y si las descubren? ¡Es muy arriesgado! —la fulmino con la mirada por su comentario respecto a mi hermanastra—. ¿Me harías el favor de explicarme por qué dices que nos tendieron una trampa en el parking?

—Pues porque se ha delatado él mismo.

—¿Qué insinúas?

De veras que no capto lo que quiere decir.

—Esa persona nos está traicionando y los he mandado a todos para allí para que Emilie se dé cuenta.

Si soy sincero, no me extraña cuando me dice el nombre de esa persona. Ni siquiera me inmuto. Me limito a asentir con la cabeza porque tiene sentido. Tiene muchísimo sentido tras lo que sucedió en el parking. Además, que de repente se aproximen a mí también... y a Emilie, de esa forma, es sospechoso. Igualmente, si lo que Erika quiere hacerme entender con la mirada es cierto, Emilie lo va a pasar fatal emocionalmente.

Me levanto con ansias de ir en su busca, pero Erika me coge del brazo.

—No vayas. Deja que todo siga su curso...

Se lanza a mis labios para besarme con desesperación, pero esta vez no se lo sigo. Ni esta, ni ninguna otra vez más.

—Lo siento, Erika, pero lo nuestro no puede funcionar. Llevamos de rollo mucho tiempo pero no siento nada por ti.

Abandono la cafetería sabiendo de sobra que Erika me está fulminando con la mirada.

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