Capítulo 56: Terapia.

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El centro de salud era un tanto sofisticado, demasiado limpio y elegante, amueblado y decorado de tal forma que te hacia olvidar donde estabas realmente. No parecía una clínica, sino más bien una oficina. No había personas en uniformes blancos revoloteando con prisa por los pasillos, no había salas de espera repletas se gente pero sin vida y por el momento tampoco se podía escuchar ninguna megafonía llamando a pacientes, pero era sin duda una clínica. Solo había que observar a las personas que se encontraban en la cafetería para confirmarlo. La mayoría de ellas tenían alguna parte de su cuerpo escayolada o cerca de sus asientos colgaban un par de muletas o un bastón o un andador. Señal de que todas formaban parte de alguna terapia de recuperación.

- Iré a avisar que hemos llegado. -anunció David dejándome sola e interrumpiendo mi inspección del lugar.

Era la primera vez que se dirigía a mi tras nuestra leve discusión en el aparcamiento. Era consciente de que había sido mi culpa, así que me disculparía con él al llegar a casa.

A los pocos minutos David regresó de nuevo con lo que parecía un formulario entre las manos.

- Tienes que rellenar esto. - anunció entregándome lo que efectivamente era un formulario. - Nos avisaran enseguida

Cogí el papeleo de entre sus manos y me dispuse a rellenarlo, no sin antes hacer una mueca de disgusto. Las preguntas eran bastante rutinarias: nombre, edad, dirección, número de identificación del seguro medico, leve explicación de la lesión del paciente y un montón de preguntas que estaba segura que nadie leería hasta el final.

Estaba a punto de terminar el dichoso formulario cuando unos mocasines marrones aparecieron en mi campo de visión. Al alzar la vista me encontré con el rostro sonriente de un joven que tendía su mano en mi dirección esperando que la estrechara. Rápidamente recordé las palabras de David, solo esperaba que no se estuviera refiriendo a este joven cuando había dicho que el ayudante del terapeuta iba a ser de mi agrado.

- Bienvenidos al centro de recuperación Bellevue - anunció sin perder su sonrisa. Tras estrechar mi mano, saludó a David. - Soy Niall Horan y por lo visto seré tu terapeuta .

- ¿No eres demasiado joven para eso? - pregunté un tanto escéptica. Estaba segura que el joven delante mio no podía superar los 30 años. Aunque en cuanto lo vi supuse que trabajaba en la clínica, creía que solo era un pasante que se encargaba de guiar a los pacientes recién llegados, o tal vez el ayudante del terapeuta.

- Puedo ser joven señorita Amber, - contestó un tanto coqueto haciendo que mi estomago se revolviera, tanto que casi pasó por alto que sabía mi nombre de pila. - Pero soy realmente bueno en lo que hago.

- Estamos seguros de eso . -dijo David intentando liberar la tensión del momento.

- Perfecto. - contestó el joven terapeuta sin dejar de observarme. - Será mejor que empecemos de una vez, por lo que he leído en tu informe no se trata de una lesión simple y debemos trabajar duro para obtener resultados.

- Si llegamos a obtenerlos. - no pude evitar murmurar rodando los ojos.

- Sígueme. - si había escuchado mi pesimista comentario decidió ignorarlo. - Usted, - dijo dirigiéndose a David. - Puede esperar en la cafetería. Prometo devolverle a su hija de aquí a una hora, sana y salva.

Sin despedirme de David seguí a Horan preguntándome porqué mi supuesto padre no dejaba de engañarme para conseguir que hiciera lo que él quería. ¿Por qué había dicho que iba a caerme bien el ayudante del terapéutico cuando estaba claro que este ayudante no existía?

Estaba tan perdida en mis pensamientos que me asusté al escuchar el ruido de una puerta cerrándose detrás mio. Es más, ni siquiera me había dado cuenta en que momento habíamos llegado allí, al lugar donde empezaría mi tortura.

Hope [H.S/Z.M] (A.U) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora