«Cap II: El Más Deseado»

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Finn miraba con una ceja arqueada la piscina que debía limpiar. Se suponía que debía estar sucia pero no, solo había una simple hoja en ella. Nada que necesitará de sus habilidades de reparación.

Bonnibel por su parte se encontraba sentada en una silla de playa cerca de la piscina. Usaba unas gafas de sol rosas. La peli rosa se asoleaba y sus ojos miraban fijamente a través de los cristales de los anteojos a Finn.

De repente sacudió la cabeza.

-"¿En que estoy pensando?, yo soy una mujer felizmente casada..." -Pensó detenidamente en la palabra "feliz". Volvió a ver a Finn y este estiró la red y sacó la hoja de la piscina.

Se puso de pie y se acercó a él.

-¿Le falta mucho para terminar? -le preguntó.

Finn se dio la vuelta y con una sonrisa nerviosa le dijo.

-En realidad... Ya acabe, su piscina esta limpia jeje -Sonrió de forma nerviosa.

Bonnibel lo quedó viendo seriamente, lo que causó que el muchacho sudara mucho y se pusiera más nervioso e incómodo.

-¡Perfecto! -dijo la CEO con una sonrisa. -Si me disculpa, me daré un chapuzón.

Finn se hizo a un lado y la dejó pasar. Ella camino hasta la tabla para darse un clavado. Estuvo allí parada por un instante con los ojos cerrados, hasta que los abrió, dio un par de saltos. Hizo una voltereta en el aire y cayó de forma majestuosa en la piscina. Ni siquiera salpicó agua.

El rubio quedó asombrado y aplaudió un poco cuando ella asomó su cabeza a la superficie.

-¡Wow! ¡Eso estuvo genial! -la elogió.

Bonnibel sonrió con superioridad y nado hasta estar cerca de él.

-Gracias, fui campeona de natación y clavados en la universidad -dijo ella con un dejo de tristeza.

Finn arqueo una ceja y le dijo rápidamente.

-¿Fue?, Pues a mi me parece que aún es mejor que una campeona -dijo con una sonrisa. Causando un leve sonrojo en la mujer la cuál bajo la cabeza y soltó una leve risa por lo dicho por el rubio.

Finn se acercó al sistema de limpieza y purificación de agua que estaba al lado de la piscina para revisarlo.

Bonnibel nado un poco para estar más cerca de él y verlo trabajar. Finn la notó y preguntó con amabilidad.

-Y dígame señorita Bubblegum, ¿Como era pertenecer a un equipo de natación tan bueno como el suyo? -la vio de reojo.

Bonnibel se sorprendió por eso y enseguida se emocionó de más, su esposo casi nunca le preguntaba de su vida o de su día.

-Pues, no es por presumir pero... ¡Eramos las mejores! Nadie nos podía ganar, yo fui capitana por seis años consecutivos y fuimos campeonas nacionales por ese mismo tiempo -se acercó un poco más y apoyo sus codos en la orilla de la piscina y su cabeza en ellos. -Pero lo más difícil fue ganar la medalla de oro en los juegos olímpicos de hace diez años, yo en ese entonces me sentía muy nerviosa pero mi equipo me apoyo y logramos ganar y entablar un nuevo tiempo récord, del cuál nadie a logrado superar aún, aaaah que buenos tiempos... -Soltó un suspiro de satisfacción y en su rostro se formó una sonrisa de felicidad genuina.

-Eso es maravilloso, sin duda alguna usted es un ejemplo a seguir para cualquier persona -Bonnie desvío la mirada por eso. -Oh y ya termine de revisar el sistema de purificación, son sesenta dólares, luego le enviare la cuenta. Nos vemos. -Finn guardó sus cosas y se despidió de ella.

Hora de aventura: Finn el chico huérfano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora