Lo último que pensaba Christopher Uckerman era en hacerse cargo de una pequeña criatura que solamente le tenía a él en todo el mundo.
Su vida perfectamente planeada cambió radicalmente cuando ella se embarazó y después murió dejando a su pequeño hi...
Fui a mi oficina para recoger algunas cosas que me quedaban, Christian y Poncho se harían cargo de la constructora, al menos hasta que el bebé de Anny y Poncho nazca, después de eso Christian tendría que trabajar solo un tiempo.
Decidí delegarles mi empresa durante el embarazo de Dulce, quería estar con ella en todo momento y sobre todo ayudarla con el pequeño terremoto que tenemos en casa.
Nicolás ya caminaba por todos lados, hasta tuvimos que poner barandillas de seguridad en las escaleras y seguros en todas las puertas, le encantaba abrir cada puerta que encontraba y voltear todo en el interior.
Dulce y Anny estaban de un lado a otro con los últimos detalles de la boda religiosa, aunque nuestra boda civil había sido muy linda, nuestra boda religiosa iba a ser aún más hermosa.
Aunque ya vivíamos juntos y compartíamos todo desde hace mucho tiempo la idea de llevar éste papel de esposos me emociona bastante.
Christopher: Ana, cualquier cosa me llaman... estaré pendiente de todo ¿ok?
Ana: claro que sí Chris, pero no te preocupes... tu dedícate a cuidar de tu familia y sobre todo a consentir a Dulce, una mujer siempre necesita cariño, sobre todo si está embarazada.
Christopher: lo sé... y yo encantado de consentirla, por mí le daría todo- dije sonriendo.
Ana: ay por Dios... mejor me voy antes de empalagarme contigo- dijo riendo mientras salia de mi oficina. Negué sonriendo.
Ana abrió la puerta dejando ver a una Dulce muy triste, en cuanto me vio corrió a mis brazos y yo la abracé sin entender que ocurría.
Ana salió y cerró la puerta.
Chris: ¿Qué pasa amor?- pregunté preocupado cuando comenzó a llorar.
Dulce: es que... Anny y yo... fuimos a buscar... mi vestido... pero...- dijo entre sollozos, yo la miraba tratando de entender lo que decía- no me quedó... estoy enorme- rompió a llorar de nuevo.
La miré con ternura y la abracé para después besar su frente.
Chris: amor pero eso se puede solucionar...
Dulce: lo sé... tuvieron que aumentarle algunos centímetros... no entiendo como aumenté tanto si ni siquiera me ha crecido el vientre.
Chris: pero unos centímetros no es nada Dul...
Dulce: no, pero imagínate... en unos meses estaré enorme... súper gorda y ya no me vas a querer- lloró de nuevo y la abracé.
Chris: eso es mentira, yo siempre te voy a amar bonita... ¿O tú dejarás de amarme cuando esté viejito y barrigón?
Dulce: viejito si... pero barrigón no dejaré que ocurra- reímos y besé sus labios para después limpiar las lágrimas que caían por sus mejillas.
Chris: ya no llores amor... tu eres preciosa- ella sonrió- además tú cuerpo está cambiando porque necesita adaptarse para hacer lo más maravilloso del mundo... que es crear vida- cubrí su vientre con mi mano- la vida de nuestro hijo y yo te amo por eso y más.
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