Me enamore de ti. [EDITANDO]

~Especial~

Hace mucho tiempo dos pequeñas criaturas se conocieron, todo dio origen cuando ciertos objetos fueron activados por un gran poder. Estos eran poderes muy fuertes y si ambos eran juntados se podría conseguir cualquier cosa.

Hace muchos años atrás:

-¿Están seguros de despertarlos?
-¡Los necesitamos! O el mal gobernará.
-Son nuestra ultima esperanza...
-¡Ok, Traigan a esos chicos!

Dos jóvenes que jamás en su vida se habían visto, habían sido llamados por el jefe de aquel lugar. El país estaba en problemas gracias a un villano muy fuerte, este era poseedor de algún prodigio, de una fuerza maligna. O al menos para eso se utilizó.
Aquellos chicos fueron llevados en secreto y cada uno en una habitación, era obvio que muchos vieron quién eran los héroes pero no importaba porque había posibilidades que estos murieran... Y si este no era el caso y la batalla se ganaba los miraculous serían puestos de nuevo en su lugar y no volvería a abrirse aquella caja.

La transformación se llevó a cabo y esas dos criaturas fueron despertadas, nadie conocía su origen pero había una nota escrita en un extraño idioma diciendo "utilizad para el bien" la chica salió del cuarto con una traje muy extraño (no era como el actual traje, recuerden que siempre cambia a su época) y el joven también salió, no se conocían como ya mencioné pero sintieron una conexión muy fuerte. Afortunadamente pudieron derrotar al villano dejando libre de todo mal al país.
Los héroes fueron reconocidos por todos, se les agradecía siempre por haber arriesgado sus vidas... Fue ahí cuando Tikki y Plagg se conocieron.

-Ok, tienen el permiso para conservarlos, pero no dejen que estos prodigios caigan en malas manos.
-¡Sí!
-¡Los hicimos! -unísono.
-¿Cómo se llama tu kwami? -preguntó el joven pelinegro.
-Su nombre es Tikki.-sonríe- ¿y tú kwami?
-Se llama Plagg.-lo mostró.

Ambos kwamis se miraron, pues era la primera vez que se veían, era tierno ver a dos pequeñas criaturas... Pasó tiempo y los kwamis convivían mucho más, todos los días lograban verse, solían llevar notar de papel pues la heroína no podía salir más. Era trágico pero tenían que aceptarlo.
La joven había caído en una enfermedad incurable y tenía los días contados, llegaban millones de flores de parte de todas las personas con millones de cartas mostrando su agradecimiento, el joven que poseía el gato negro no le permitían entrar, pues la chica les había dicho que no lo dejaran hasta que llegara el momento de irse.

Mientras tanto los kwamis comenzaban a tener un romance y quizá no era el mejor momento, debido a que estos tendrían que ser separados de nuevo. Pasó una semana y la chica ya estaba en las últimas, Tikki voló a toda velocidad para avisarle al chico que la chica estaba apunto de morir, llego a tiempo por lo que pudo decirle al gato negro. Este se transformó rápidamente y tomo a Tikki, corrió lo más rápido que pudo para llegar a aquella habitación donde se encontraba la chica. Entró sin hacer mucho ruido y se acercó a la cama de la muchacha.

-He venido... He venido por tí.-sonrío entre lágrimas.
-L-lo sé.-dijo con un hijo de voz, su cara comenzaba a demacrarse y su mirada era cada vez más apagada.- Perdóname por no pasar el tiempo como prometimos.
-No tienes porque disculparte...
-Prometí... Quedarm...
-Shhh es suficiente.-sonrío con tanta tristeza.
-Tengo que decirte algo antes de.-suspira- irme, fue increíble conocerte, luchar contigo, hacer que nuestros kwamis compartieran sentimientos como el amor... Pero tengo algo que pedirte.-sonríe.
-Dime, haré lo que sea.
-Cuida muy bien a Tikki, no dejes que el amor de ellos se muera.-estira se brazo.
-La cuidare muy bien, lo prometo.-toma la mano de la chica para luego llevarla a la mejilla. La joven acaricio la mejilla de aquel chico que tanto...
-Es... Es hora, me siento muy cansada.-sonríe- mi cuerpo ya no aguanta.
-No digas eso por favor...
-Tikki...
-¿Sí? -susurro.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.-cerró sus hermosos ojos azules dejando que su dueña le abrazara. Se apartó para darle paso al joven.
-Plagg, vive feliz al lado de Tikki... Y tú...-miro al chico.
-...
-Te amo.-una lagrima cayó del hermoso ojo de la chica dejando ver una hermosa sonrisa.

Una partida muy triste, un amor que nunca había sido dicho a tiempo, ahora el joven estaba destrozado. Los kwamis salieron de la habitación dejando a solas a aquellos chicos.
"A pasado mucho tiempo" dijo Tikki soltando un suspiro. Y es verdad que había pasado mucho tiempo, y habían pasado generaciones una tras otra luchando contra el mal, hasta que cierto tiempo todo estaba tranquilo ya no había problemas fue en ese momento donde los kwamis disfrutaron un poco sus vidas.

-¿Cómo amaneciste Tikki?
-Muy bien Plagg.-sonrío- ¿y tú?
-También, aunque me preguntaba si más adelante tendremos nuevos portadores.
-Estoy segura que si, solo es cuestión de tiempo.
-Bueno creo que es momento de dejar eso en el pasado, ¿quieres salir hoy?
-¿Y si los humanos nos ven?
-No lo creo, somos muy pequeños que no podrían notarnos.-sonríe.
-Es verdad.

Los enamorados kwamis fueron hasta un bosque donde había una vista muy hermosa, donde solía sentirse el amor de sus primeros portadores, ese también era el sitio de aquellas criaturas, el amor se podía respirar, el lugar era grande y fresco, rodeado de muchos árboles gigantes. Había uno en especial que era su "lugar favorito"  en ese árbol se encontraba un cinturón negro de cuero y un collar rojo. Ellos cuidaban de esos objetos mientras pasaban momentos juntos. Es verdad que los kwamis estaban completamente enamorados y como cualquier otro tenían sueños.

Su sueño era... Convertirse en humanos algún día.
El amor florecía más y más hasta que nuevamente tuvieron que volver a sus cajas esperando un nuevo portador...