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—¡Los juegos recién empiezan, amor! Vamos a ver quien gana hoy~ ¿Si?— Exclamo con emocion JungKook, quien minutos antes había optado por atar a Jimin, a mi madre y a mi a sillas distintas, dando comienzo al horroroso y sádico cumple años.

—Por favor a-amor... No les hagas daño...— Rogaba llorando al ver como el mayor sin hacerme caso; le cargaba una bala a la magnus que se encontraba en su mano. Revolviendo el estuche para indefinir la ubicación de esta con respecto al cartucho.

—Ahora jugaremos a un juego muy conocido... ¿Saben jugar a la ruleta rusa? Si no, no se preocupen, será facil entender el concepto cuando les apunte el arma al craneo—  Rio cínico el azabache, y miro a ambos sujetos en cuestion, siendo totalmente indiferente en sus expresiones faciales.

Apunto el arma a la cabeza de mi madre, y en un movimiento rápido disparo, sin ver resultado alguno, dejando que el aire invadiera mis pulmones nuevamente.

—Se salvo Señora Kim, espero que Park no tenga la misma suerte... Pero no lo digo por que me afecte en algo, si no por que me interesa tener mas contacto con mi suegra que con un Imbécil— Dirigió el objeto a la pierna del mas bajo y apretó el gatillo, dejando que la bala atravesara su muslo, logrando gritos ahogados de parte del menor, quien casi se retorcía de dolor sobre la silla.

—¡Jeon! ¡Para! ¡Por favor...!— Mi llanto no cesaba, y al ver mas pálido a mi amigo, mis nervios aumentaban, estaba desesperado por librarlos, dejar que vuelvan a casa... De haber sabido que esto sucedería, jamás habría soñado con el reencuentro, que ahora parecía una escena sangrienta digna de una película de Saw.

El tiempo pasaba lentamente, torturándome por cada disparo que daba ese arma en las manos del mayor. Sentía impotencia... Quería levantarme y golpear a Jeon con toda mi fuerza. En el fondo de mi corazón, había comenzado a tomarle cariño, pero en este momento solo podía pensar en formas de torturarlo.

La magnus ya solo tenía una bala, y faltaba solo vaciar el último cartucho... Este apunto a la cabeza de Jimin, siendo totalmente ambicioso; pero antes de disparar me miro seriamente.

—¿Jimin o La señora Kim...?— Cuestiono helando mi sangre en tan solo un instante, dejando que tuviera un escalofrío por toda mi espalda.

Admire el rostro de ambos, aterrados, rogando por que dijera el nombre del contrario para dejar vivir al mas querido. Mis manos sudaban al igual que mi frente, siendo totalmente cauteloso por miedo a que el de buen cuerpo termine asesinando a los tres.

—Taehyung... Sabes que s-siempre te quise... Tenemos muchos recuerdos... P-por favor— Imploro el rubio, haciendo que dude sobre si salvarlo o no, y me gire para mirar a mi madre.

—Hagas lo que hagas... Quiero que sepas que te amo hijo... Y eso no cambiara— Espetó la mujer, mostrando sus lágrimas, las cuales caían por sus mejillas con resplandor.

—Mamá... Prometo abrazarte cuando me desate...— Le mostré mi mejor sonrisa, para luego señalar a mi madre con la cabeza.

—Mátala a ella...— Mi expresión se volvio seria, escuchando la última bala salir de la reluciente magnus, dandole fin a la bella vida de la Señora Kim.

—A la noche vendrá un hombre por Jimin... Disfruta de tu cumple años, pequeño— Corto las cuerdas del rubio y las mías, para luego salir de la habitación, como si fuera una persona cualquiera... En una situación de poca importancia.

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—Ten bueno sueño Mamá...~ espero volverte a ver algún día...— Susurre al oido del cadáver, que yacía inerte sobre la silla llena de polvo. Dejando que una gota de dolor callera sobre sus labios, sintiendo mi garganta volverse un nudo...

No importa que, pero este era su fin... Jeon JungKook había firmado su muerte en el momento preciso cuando su amada Madre había dejado de respirar...

Condenado [KookV]Where stories live. Discover now