38: ¿Quien sabe?

368 34 4
                                    

Había pasado un tiempo ya desde las fiestas navideñas, Ángela recordaba esa fiesta con un sabor agridulce. La sensación que tuvo al despertar antes que todo y ver que estaba abrazada a James ya la conocía, pero lo que no conocía era la sensación de no romper el contacto y seguir descansando despierta y pensativa; la curiosidad la estaba matando por dentro asi que eso hizo, se quedo quieta y se aferró aún más a James, quién durante el desayuno solo sabía meterse con ella y acusarla de haber disfrutado de los abrazos.

Cosa que no era totalmente mentira

Era 31 de diciembre y Ángela se encontraba entrenando con su mentora intentando realizar el hechizo del contrato demoniaco, que siempre fallaba pero cada vez estaba mas cerca de realizarse según Eleonora.

-Es todo por hoy. -suspiró la profesora.

-Pero si es un poco temprano todavía. -Respondió Ángela. 

James se limitó a escuchar a la profesora y a largarse, parecía estar de mal humor.

-Tengo cosas que hacer y esto no está llevando a ningún sitio. -suspiró. - vamos a intentarlo en un tiempo, mientras tanto, solo concentate en sentir tu poder y el del ojo izquierdo. Si logras canalizarlos el contrato será pan comido.

La rubia asintió como respuesta y se largó del lugar, al llegar a la madriguera notó como la chimenea soltó un fuego verde, James habia ido a su casa. Sintió como su estómago se arrugó, curioso.

Se metió al cuarto de baño para darse una larga ducha. Sonaban canciones muggles desde un teléfono celular que Julieta le habia regalado, el cual estaba apollado en el lavamanos al costado de la ducha.
De repente la música se cortó y el tono de entrada no se hizo esperar, aún no acostumbrada a la tecnología, angela contestó torpemente el aparato. Sabía quien era pues, muchos amigos muggles no tenía.

-Zorra. -dijo mientras apollaba su telefono en su hombro y enjabonaba su brazo izquierdo.

-¡Perris! -chilló la pelirroja emocionada del otro lado de la linea. -Amo hacer llamadas contigo, no tengo mucho tiempo para hacerlo durante el año. ¿que te cuentas?

Angela suspiró.

-Pues nada, que hoy cenaré en la casa de los Potter. ¿tu que cuentas?

-Pues que estoy enviandome cartas con schott chapman.

-¿el hufflepuff de sexto?- preguntó la rubia.- ¿aquel que parece ser homosexual por no haber sido visto nunca con una chica?

-El mismo. -respondió la pelirroja.- no falta mucho para volver a Hogwarts. ¿te sientas conmigo y con jill en el expreso? Ella ya me ha dicho que si.

-pues eso ni se pregunta. Escucha, debo colgar, que estoy en la ducha. Beso. - dicho eso recibió un saludo por parte de su amiga y la llamada finalizó.

Dejó el aparato a un lado y cerró la llave de agua para proceder a secarse con una toalla, la cual enredó en su torso para poder caminar hasta su habitación y cambiarse.

Al llegar a casa de los Potter, Albus abrazó a su mejor amiga, Lilly empezó a cotillear con ella y James pasó olímpicamente de la rubia, cosa que le extraño ya que suele escuchar sus burlas. Normalmente esa acción le traería paz, pero ahora la irritaba y, esa irritación, la irritaba aún más

-James, estás muy callado. ¿por qué no estás molestando a nadie? -preguntó Ginny en el medio de la cena. -¿abstinencia sexual?

La hija de Malfoy Y Granger &: Los ojos de Dios.Where stories live. Discover now