39: de nuevo a hogwarts.

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-¿Que hiciste que?- gritaron Jill y Julieta al mismo tiempo cuando Angela les contó lo sucedido en año nuevo.

La rubia sonreía divertida mientras bebia de su batido de caramelo mirando por la ventana de la locomotora.
Estaban volviendo a Hogwarts.

-No es gran cosa, ¿si?

-Ahora le llamas por su nombre de pila cuando siempre lo llamabas por su apellido. Es gran cosa, ¿te sientes bien? -dijo julieta. -debe ser la abstinencia sexual.

Angela rodó los ojos.

-Soy virgen, tonta.

-puede que tenga razón y verdaderamente no sea la gran cosa. -dijo jill.

Julieta cayó rendida a su asiento. Estaba en shock, no podía creer que estaba perdiendo una apuesta contra lilly. La maldita siempre gana y no sabe como.

El tren se balanceó un poco, Angela decidió ponerse de pie y dirigirse al carrito de dulces para abastecerse un poco, todavía faltaba una hora para llegar.
Salió del camarino y caminó por el estrecho pasillo lleno de bullicio y emocion por parte de la mayoría de los alumnos.

Al llegar a su destino, se encontro con James que estaba comprando plumas de azucar.
-Rubia. -la saludó con la cabeza.

-Hola, James. -dijo Ángela fijandose en los productos del carrito.

-todavía no me acostumbro. - rió el azabache.

-¿Que te doy, querida?

-tres ranas de chocolate y unas cinco plumas de azucar, por favor.

Una vez pago, angela y james caminaron en la misma dirección.

-así que volveremos al colegio... -se lo notaba nervioso.

Angela asintió.

-de nuevo a clases...

-¿Que tal si cuando lleguemos te muestro la casa de artilugios weasley en hogsmeade?

Angela rió.

-no gracias, no necesito que me gastes una broma en la central de las bromas. Este es mi camerino.

Ambos se pararon y se quedaron viendo unos segundos.

-supongo que nos vemos por ahí...

-sip.-dijo ella tranquila, contrario a lo que James demostraba.

-si... nos vemos.

James salió de escena bastante rápido y ni tiempo de saludar le dió a Angela. Extrañada abrió la puerta y se adentró al camerino.

Julieta estaba jugando con su varita y Jill leía una novela de magos muy romántica para el gusto de Angela.

-tomen, cerdas. -dijo la rubia entregandoles algunas golosinas a sus amigas. - ahora, Julieta, cuenta. ¿a cuantos te has tirado en las vacaciones?

Julieta lamió su pluma de azucar pensativa.

-creo que siete.

-¿en tres semanas? -preguntó jill.

-por semana. -respondió la pelirroja levantando los hombros.

Angela soltó una carcajada.

Continuaron hablando hasta llegar. Al bajarse, Angela se separo momentaneamente de Jill y Julieta, perdiendolas de vista.

La ultima carroza estaba por irse y no las encontraba, seguramente ya habrian subido a alguna, por lo que la rubia se apresuró a subirse a esa ultima.

-Hola de nuevo. -dijo James, que estaba con Fred.

-Buenas, risitos de oro.

-ya puedo usar magia, ¿es que quieres morir? -le preguntó Angela a Fred de mala gana.

Fred levantó los brazos en señal de rendición.

-Ya, que es el primer día y no me apetece un bombarda.

-maxima. -aclaró Angela.- bombarda me parece muy aburrido, bombarda máxima es más potente. -dijo con una sonrisa maliciosa.

-si, eso. Maldito sea quien te haya enseñado ese hechizo.

-Jill estaba emocionada por verte... -susurró Angela.

El color no tardó en llegar a las mejillas del Gryffindor.

-¿Ah si?

Angela asintió satisfecha, no se olvidaba de su plan de venganza contra fred, el cual consistía destruir su orgullo gryffindor juntandolo con Jill, que era slytherin.

El paseo terminó y entraron al castillo, donde estaban los demás.
El resto fue lo mismo de siempre sin nada que agregar, la cena de bienvenida y luego los alumnos se encaminaron a sus dormitorios.

Entrando al dormitorio Angela se tiró en un sofá de la sala común.

-pero si es mi rubia favorita. -escuchó una vocesita familiar seguida de dos pares de pasos.

Angela se paró y corrió a abrazar a sus mejores amigos.

-no los he visto en la estación ni en la locomotora-dijo angela.

-llegamos un poco tarde pues albus se quedó a dormir en mi casa y no se despertaba, además dormimos todo el camino en la locomotora.- respondió scorpius.

Angela rió imaginandose a albus quedandose dormido y scorpius lanzandole cualquier tipo de objetos para que se levante.

-es lindo verlos, chicos, pero es tarde y muero de sueño.

-hasta mañana, Angie. -dijeron al unisono, dirigiendose a sus habitaciones.

La hija de Malfoy Y Granger &: Los ojos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora