el comienzo del desastre

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¿Cómo cambiar lo imposible?

Gritaba aquella simple pregunta su cansada mente. Le habían sacado de clases junto a otros chicos y  chicas, les habían hecho ingresar a la enfermería y unos hombres les habían dado un paquete de color crema y grandes letras en negro que marcaron su futuro y presente "supresores de celo: OMEGA"  el grito de uno de los chicos y las risas nerviosas de las chicas lo asustaron más; si antes era la burla ahora que era un omega su vida se acabo

Miro con tristeza su cuaderno y vio los pocos apuntes que había tomado de las dos horas de clase, sintió el dolor en el pecho al ver como su compañero rubio alardeaba de su supresor de celo alpha, era genial como seguía sobresaliendo del resto y como lograba sus deseos pero él solo era un mísero y desdichado - OMEGA!  Midoriya es omega! - una chica del grupito de katsuki le miraba feliz con su paquete en mano - Qué no era eso lógico?  Es un puto nerd inútil, obvio que su única función seria ser el juguete sexual de algún viejo alpha, solo míralo - Katsuki le  apuntaba con soberbia mientras él  intentaba contener las lagrimas - O quizás algún alpha lo viole y sea como su madre - las risas no tardaron en explotar pero entre el ruido de las carcajadas una potente voz le callo - Cállate inútil! - y tan rápido como empezó acabo con el grito molesto  de katsuki

Al llegar a casa vio a su hermosa madre, limpiaba la mesa mientras tarareaba una vieja canción, su madre no era mala, ni había sufrido de alguna violación, ella lo había tenido en un hogar amoroso y derrochante de alegría, su padre era un hombre que siempre sonreía y aunque ahora no recordaba mucho de él sabía que no los había querido dejar....pero el destino a veces se lleva a las mejores personas y su madre siempre le recordó que su padre lo amaba desde el cielo - hola hijo, cómo  estuvo la escuela?  - la suave sonrisa de su madre lo hicieron cerrar los ojos, su madre nunca supo que su hijo sufría acoso escolar, nadie sabía - super bien, me han dado los resultados de género...sabes soy omega - su madre le miró sorprendida - cómo tú padre? - y si, el padre fue el omega,  su madre era una hermosa alpha con personalidad sumisa que adoraba a su padre y que aún lo adora - si...supongo, me dieron los supresores para el celo y kacchan por lo que se es alpha -su madre sonrió y le dio aquella mirada que dan las madres ante una oportunidad de que su hijo alcance el amor - si, su madre me contó y me propuso que ustedes se unieran, qué tal unirte con tu amigo de la infancia? Super -  trago en seco, sus mismas mentiras lo estaban acabando  -creo que a Kacchan no le gusto, supongo que a él le gusta alguien -  su madre solto un suspiro y lo miro medio molesta - quien puede ser mejor que mi adorable hijo? - le pasaron miles nombres por la cabeza antes de caminar hacia su cuarto...daba igual, él estaba destinado para alguien que le demostrará todo el amor del mundo, lo sabía, lo creía...debía creer en eso, debía hacerlo

Cuando se levantó al día siguiente, un pequeño pinchazo en su abdomen bajo lo hizo asustarse más no le importó mucho. Se lavo, desayuno, ordenó y salió hacia la escuela. Su nuevo supresor quedo tirado en alguna parte del desordenado cuarto.

Al llegar sintió la mirada de medio colegio sobre él, algunas de burla y otras extrañas que el no comprendía o conocía. Camino despacio, con la mirada clavada en sus zapatillas negras y agarrando con fuerza su mochila amarilla. Sintió el fuerte empujón cuando estaba por entrar a su clase, no fue capaz de levantar la mirada puesta sabia de quien eran esas zapatillas  - ¿por qué no miras por donde caminas Midoriya? Golpearte a Katsuki - la arrogante voz de una chica solo lo hizo encogerse en el suelo - Oi nerd, apestas - todos se quedaron en silencio al ver la cara roja del rubio y como con brusquedad arrastraba al pobre peli verde - de seguro entro en celo apropósito, que puta - susurro la misma chica cuando los vio lejos

Lo aventó contra el retrete y cerró el pequeño cubículo - apestas - repitió acercándose al cuerpo que temblaba y emanaba aquel horrible olor - Kacchan...yo tengo  calor - decía en un hilito de voz mientras se bajaba el cierre -No! - y con  fuerza Katsuki le  subió el cierre -no se si no les explicaron nada o si tu cerebro de mierda no sirve, pero estas entrando en celo, inútil, donde dejaste el supresor - hablo rápido y con fuerza apretando sus manos en puños - casa...- susurro con miedo el ojiverde, su cuerpo temblaba y estaba caliente, su interior pedía a gritos algo dentro y el olor que Katsuki emanaba lo estaba mareando, olía como roble y nitroglicerina - No me jodas! Bien! Quédate aquí llamare a un maestro - se dio la vuelta y salió corriendo, no podía estar mas tiempo con Deku, no cuando el olor era tan insoportable, no cuando una voz le gritaba que abusara de ese débil cuerpo y que mordiese con fuerza el pálido cuello con pequeñas pecas...no él no necesitaba algo así, además olía asqueroso - asqueroso - susurro corriendo

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