un relato del pasado

2.6K 313 10
                                    

Caminaba por los pasillos de su instituto, sentía el olor a menta desde hacía rato así que como alpha lo seguía tratando de dar con el dueño de tan delicioso olor, aunque aún tenias una pregunta ¿qué hacia un omega en la zona de los alphas? Era algo ilógico, en teoría aquel omega seria expulsado por dejar la seguridad del lado omega y entrar a la mismísima boca del lobo. Paro en el salón de artes, el olor era fuerte detrás de la puerta, así que medio frustrada la abrió. Dentro había un chico pintando un cuadro, muy delgado para su estatura, muy pálido para un día tan oscuro...muy perfecto para el mundo, su rebelde cabello castaño se movía cuando el chico daba pequeños pasitos, sus manos delgadas sostenía con amor un pincel y este a su vez dibujaba un cielo tan lúgubre y deprimente que era hermoso. No quería hacer ningún ruido o algo para destruir aquella obra de arte que pintaba sin darse cuenta de su presencia.

Una semana más tarde, el mismo olor salía del mismo cuarto. Y hacia semana tras semana, ella se sentaba contra la puerta a admirar aquel omega hermoso que parecía pasar de ella, casi como si no estuviera en el mismo lugar. Un día en el que el sol brillaba con fuerza y el cielo era de un azul tan claro que dolía verlo, el omega volteo con una pequeña sonrisa "¿por qué siempre te quedas en silencio?" La voz era tan suave y melodiosa, pero su propia voz que era una cobarde se negaba a salir.

Meses después de eso, aquel lugar mágico fue destruido por otros alphas, lo habían vuelto su escondite para fumar y quien sabe que otras porquerías, se enfureció por haber dejado que le robaran ese precioso momento junto a ese preciso omega, un omega que no volvió a ver.

En el festival, uno de los únicos momentos en donde alphas, betas y omegas estaban juntos, entro al salón de artes, deseando que ese chico de sonrisa burlona y ojos brillantes de emociónes; estuviese pintando, pero no fue así, solo encontró mantas, botellas, cigarros y hasta condones. Salio en silencio, caminando lento y tratando de encontrar ese olor a menta, un olor tan suave que cualquiera pasaría de el, pero ella, quien amaba la menta , seguía decidida ese suave rastro, chocando con varias personas y gritando "lo siento" por casi medio instituto.

Cuando por fin llego a la azotea, noto como aquel hermoso omega dibujaba en una libreta, se acerco medio temblorosa y toco el hombro ajeno, mientras sonreía "hola...soy Inko Midoriya...tú eres?" Él chico la miro sonriendo de forma dulce "mmmm me llamo Hisashi, un placer Inko" ambos sonrieron, la alpha se sentó a su lado mientras el seguía dibujando, era cómodo estar juntos y ambos sabían el motivo, quizás no era tan leyenda la pareja destinada, no cuando ellos se habían encontrado y más cuando ambos estaban encerrados en aquella atmósfera tan tranquila y hermosa

Meses, quizas, Hisashi le mostró un pequeño papel, la mujer lo miro extrañada, de un tiempo para acá su compañero actuaba raro, más nervioso, más lento y menos activo, abrió el papel bajo la intensa mirada del contrario, como si el chico temiera que aquel sueño se le esfumara entre los dedos. Leyó la carta por segunda vez, no queria que todo esto fuese un sueño, no cuando el chico frente a ella se agarraba las mangas aterrado y dejaba que algunos hipidos salieran de su bocas "oye, no llores...no creo que sea bueno para nuestro hijo" susurro ella dándole un suave abrazo, que mas daba si sus padres la mataban o si sus suegros la odiaban

¿qué importaban ellos cuando tenía a su futura familia frente a ella?

You Are Not My Problem Where stories live. Discover now