Capitulo XLIII

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Monique

—¡No lo hagas! —Grite mientras moria de risa — ¡Ya! te ves ridículo, ¿lo sabes?— Realmente me estaba partiendo de la risa mientras Eduardo cantaba I was made for loving you, de Kiss, con la cuchara con la que estaba batiendo la harina para hotcakes.  Esa mañana había amanecido de un humor perfecto, hacia mucho que realmente no lo veía tan tranquilo.

—¡Eduardo! ¡yaa! —chillaba y corría al rededor de la mesa como niña pequeña mientras Edi me seguia por la cocina con la cuchara en la mano.

—Confiesalo, dí que soy sexi —me hizo un guiño y levantó una mano por sobre su cabeza exponiendo parte de su bíceps... Realmente era muy sexy, pero obviamente no se lo diría.

— Obviamente no lo eres, solo estás haciendo el ridículo. —rei como loca, me encantaba verlo así, felíz, libre.
Al terminar esa canción yo elegí otra y comencé a tararear, tenía más de un mes aquí, habíamos hablado y acordado que me quedaría. A parte no podía dejarlos con lo que se avecinaba. Comencé a cantar y a bailar a todo pulmón, Sexy and I Know It. cabe destacar que también me veía ridícula, ahora era él quien reía destornillado.

Habíamos quedado que íbamos a escuchar una canción y una canción, a él le fascinaba el rock y metal mientras que yo me inclinaba más por el pop lo romántico y lo instrumental.  Aún así encajabamos a la perfección, él poseía lo que a mí me hacía falta, éramos una pareja extraña pero funcionaba bien.

Me daba gusto verle así, incluso le dió unos días a Nora para que cuidara de Sofía: su madre. Ella ya estaba en estado terminal, Eduardo aún no había ido a verla, a lo que él me decía, aún no tenía las fuerzas suficientes para encararla. Ayer apenas leyó una carta que ella le mando con su abuela. Me pidió a mí que se la leyera.  Esa noche me senté en la cama con la carta en las manos, la ví un buen rato, al final comencé a leerla.

« Hijo... aunque sé que no tengo motivos para llamarte de ese modo, y que quizá yo sea lo peor para tí eso eres, así lo siento dentro de mí. Y comprendo y lo acepto, pero aún así quiero pedirte perdón. Perdón por ser tan cobarde, perdón por abandonarles cuando más me necesitaron, por no estar ahí cuando tu padre murió, yo misma no logro perdonarme ni dejar de sentirme mal, así que tampoco tienes por qué perdonarme. Créeme, he cargado con mi cobardía de haberles dejado desde que partí, he cargado con la pena de estar sola pagando el haberles perdido. Con ésta enfermedad todos me abandonaron. Ahora sé lo que es, que te dejen cuando más necesitas de alguien... pero ya no importa, me lo merezco, cada quien toma sus decisiones y recibe las consecuencias de lo que ha hecho, se le llama karma.  Te pido perdón una y mil veces, cuanto quisiera tener ésta misma oportunidad con él. Pero al final tendré lo que merezco, no tienes porqué perdónarme, no tienes porqué venir a verme. Yo simplemente necesitaba partir de éste mundo sabiendo que he tenido la oportunidad de pedirte perdón. Y claro que sería inmensamente feliz si decidieras permitirme mirar tus ojos antes de que yo cerrará los míos para siempre, pero si no puede ser yo lo entenderé perfectamente.

Hijo... te he amado más de lo que se puede amar a alguien en su vida, me di cuenta justo al salir de aquella casa, ustedes fueron lo más importante para mí, y sé que piensas que obviamente no fue así por mis actos cobardes, pero todos cometemos errores, unos más estúpidos que otros. En aquel entonces sólo pensaba en mí misma, era egoísta y cobarde, jamás me detuve a ver el daño que les haría al partir de esa manera. Quiero que sepas que volví, volví pero ya era demasiado tarde, él ya había fallecido, y no tuve cara de enfrentarte, de mirarte a los ojos y pedirte una y mil veces, disculpas. Ya no pude acercarme a tí, sabía que corría el riesgo de que me odiaras por el resto de tu vida.

Quizá ya sea demasiado tarde, y no culpes a tu abuela, ella siempre ha sido una mujer ejemplar y fuerte, decidida a luchar por quienes ama, yo fui la fruta podrida, lamentablemente a tu padre y a tí les tocó estar conmigo. Me toca despedirme, pero quiero que sepas que si existe vida después de la muerte yo dedicaré mi eternidad a cuidarte como siempre debí, como desde un principio debía haberlo hecho, espero poder ver a tu padre y pedirle perdón.

Te ama, Sofía. »

Terminé de leer la carta y mis ojos estaban acuosos, ella realmente se arrepentía. Todos hemos cometido errores, unos peores que otros es verdad, pero mi pregunta es. ¿Todos tenemos derecho a arrepentirnos? ¿A ser perdonados? ¿A que nos den una segunda oportunidad? realmente no lo sé, quizá tenga mucho que ver con la capacidad de cada ser humano a olvidar, a perdonar, a dejar ir el dolor, a poder caminar sin volver a mirar hacia atrás.

Eduardo

No podía hablar, todo venía a mi mente, el dolor de verla partir, el dejarnos cuando más la necesitamos. no pude más, no lo lograba asimilar. Nunca comprendí ¿Como puedes amar a alguien y sin embargo hacerle tanto dañó? ese sentimiento en mí no tenía explicación. Me solté a llorar, como un niño pequeño, lastimosamente llore como nunca pensé. Pero algo cambio, no me sentía vulnerable, simplemente estaba sacando todo lo que en mucho tiempo llevaba escondiendo, todo lo que guarde por tantos y tantos años. Me estaba liberando. Monique me tenía abrazado fuertemente mientras yo desahogaba todo mi interior. Su mano acariciaba de arriba a abajo mi cabeza. La abrace más fuerte aun.

—¿Porque Monique? —Pregunte, y se muy bien que ella sabía a lo que me refería.

—No lo sé Edi, ojalá y tuviera una respuesta, ojalá y pudiera decirte algo para aminorar tu dolor, pero no puedo, simplemente no se por qué las personas toman ciertas decisiones y no les importa cuánto dolor puedan causar, ó las consecuencias que dichos actos acarrearán. —Lo decía mientras pasaba su mano por mi cabeza. Me levanté y la lleve junto conmigo a la cama puesto que habíamos estado sentados en el sofá de mi habitación. Al separarme de su pecho mi mirada se posó en sus ojos grises, estaban acuosos, sin pensarlo acerque mi rostro al de ella y la besé, fue un beso sin lujuria, era un beso de profundo amor.

—Te amo tanto Monique Gregory, gracias a tí no estoy partiendome en mil fragmentos. —ella me miraba sin decir nada, ya le había dicho una vez que la amaba, y aún no respondía que sentía lo mismo. Pero realmente no importaba yo podía amar por los dos, yo podía...

—Te amo. —Sus ojos contenían miedo, esperanza, añoranza, ese te amo iba cargado con tanto amor que me dejó sin aliento. De verdad lo había dicho, hacía tanto que yo no escuchaba un te amo, es cierto que Elizabeth me lo decía una y otra vez, pero en ésta ocasión era diferente, Monique me había conocido en mi etapa más oscura, más caótica y aún así estaba aquí. Con Elizabeth todo había sido diferente, «Elizabeth perdoname» dije para mis adentros, pero amo demasiado a Monique, ella se merece todo lo bueno de mí, eso que un día te entregué a tí.

—Gracias —susurré bajo. Ella cerró los ojos y se le escapó una lágrima, yo la quite con un beso, era la primera vez que la veía llorar, era realmente fuerte, una mujer increíble. Dicen que no hay mujer perfecta, pero Monique sin duda es perfecta para mí.
Acercó sus labios a los míos y me dió un pequeño mordisco, yo saboreaba aún sus lágrimas, sabía que eran lágrimas llenas de amor, correspondí su beso.

No paramos de besarnos, la desnude lentamente, besando cada espacio de su expuesta piel. Recorriendo cada parte de ella con profundo amor. Ella se arqueaba con cada embestida, mi nombre salía de entre sus labios, la sentía vibrar debajo mío, temblaba mientras mis manos no dejaban de apretar su suave piel, la sentía en cada terminación nerviosa. Al final ambos estábamos llegando al clímax, ella entrelazó su mano con la mía... y llegamos juntos.

Esa noche dormí como hacía mucho no lo hacía recuperaba a ese chico que hacía mucho no era. Ella recostaba su cabeza en mi pecho, asi se quedó dormida, y yo la mantuve así, pegada a mí cuerpo el resto de la noche, ella me otorgaba paz, ella era mi paz, ella era mía, y yo... yo era por completo suyo.

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😍😍😍 Adorable, amo mis personajes
son tan distintos y sin embargo
el uno para el otro, al final de eso
trata el verdadero amor, de apoyarse
en las buenas, pero mucho más en las malas.

Beshiiitoooos capuchuuuu ❤😘😘😘😘

La fuerza del destino (Sin editar)Where stories live. Discover now