Capítulo 64

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Me desperté con la cabeza de Vanesa sobre mi hombro con su brazo sobre el pecho. La luz del sol se elevaba apenas por encima de los pinos, hacía un clima fresco, pero mucho más cómodo que la noche anterior. Traté de deducir la hora con la posición del sol, si no me equivocaba no pasaban de las ocho de la mañana. Ya escuchaba voces del otro lado del campamento, pero parecía que ninguno de nuestro grupo se había despertado aún, o al menos no estaban deambulando por la zona. La cabeza de Vanesa comenzó a pesar y yo ya quería pararme. Traté de deslizarme hacia afuera lentamente sin éxito y terminé despertándola.

- ¿Qué hora es? –fue lo primero que dijo mientras se incorporaba lentamente.

- No estoy seguro creo que

- Ya era hora –mencionó Austin mientras salía de los árboles, el chico vestía lo que claramente no era su pijama, ya llevaba un rato despierto. Ambos nos sobresaltamos.

- ¿Qué? ¿Ya están despiertos? –preguntó Vanesa confundida.

- No en realidad, solo quería decirlo, me gustó como sonaba –sonrió de oreja a oreja.

- ¿Qué hacías en el bosque? –pregunté.

- Pipí –respondió orgulloso- Ahora, ya que estas despierto, necesito que me ayudes. Jason necesita que consigamos más leña para preparar el desayuno.

- Te acompaño –mencioné mientras me ponía de pie- Voy a cambiarme.

- Voy con ustedes

- Solo dos para la leña –alzó la voz Jason mientras se acercaba- No más ni menos, no debemos desperdiciar recursos humanos. Tú nos ayudarás en otra cosa.

- Esta bien –respondió Vanesa, pude detectar una gran pereza en su voz.

Mientras me vestía en la tienda, Alex despertó. Le expliqué que ya había movimiento en el campamento, al oírlo el chico se metió de nuevo en su saco y rápidamente se quedó dormido de nuevo en un intento por evadir cualquier tarea que Jason le encomendara. Al salir, hablamos con l sujeto que nos explicó en un minuto como cortar la madera y que tipo de árbol cortar. Parece que, durante los últimos días, cuando participaba en la construcción de la fogata lo había estado haciendo de la forma difícil. Nos dio una pistola, por si acaso; y un hacha, antes de mandarnos al desconocido bosque.

Austin y yo caminamos por lo que parecía ser un sendero natural, en busca de un árbol lo suficientemente seco y pequeño, o quizás uno caído. Al principio nos manteníamos positivos, pero conforme avanzó el tiempo comenzamos a desesperarnos.

- ¿Por qué? –preguntó de pronto el chico.

- ¿Perdón? –lo miré confundido.

- ¿Por qué estaban tú y Vanessa durmiendo afuera? Solos. En el frío. Juntitos. Pegaditos

- Me sentía mal en la noche, quería aire fresco. Salí a dormir afuera, ella se sentía mal, algún ataque de ansiedad. Nos dio frío y nos metimos en el saco. Al final nos quedamos dormidos.

- ¿Tu y ellaacaso?

- No, no, no –me apresuré a responder cuando lo entendí. Ya estaba acostumbrado a que nos confundieran por pareja, pero aun así no pude evitar alterarme- Es decir, nos conoces. Sabes que yo noellano

- Entonces, ¿está disponible? –preguntó interesado.

- ¿Qué? –me detuve- Creo que sí ¿ella te interesa? ¿Es decir en un sentido?

- ¿Sexual? –sonrió.

- Sí, digo, iba a decir amoroso o romántico, pero

- No lo suficiente, ¿y a ti?

PandemiaWhere stories live. Discover now