Issei Sagawa era un estudiante japonés muy inteligente, obsesionado con las mujeres altas de rasgos occidentales. De baja estatura, medía 1.50 metros. Poseía manos y pies pequeños, cojeaba al caminar e incluso su voz era delgada. En algunas entrevistas posteriores, mencionó que era el tipo de hombre que la mayoría de las mujeres no encontraría atractivo.
Pese a su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su lado a "la mujer perfecta". Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba Literatura Inglesa en la Universidad de Wako en Tokio. Ahí se relacionó con una mujer que daba clases de idiomas.
Un día de verano se metió a través de la ventana a su apartamento e intentó matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenía ropa interior muy pequeña que cubría parte de su cuerpo. Buscó algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la mujer despertó y al descubrirlo gritó desesperada, provocando la huida del intruso.
Issei no olvidaría esa experiencia. Había sido muy fácil estar cerca de una mujer atractiva y si era más cuidadoso con el ataque, podría hacer realidad su fantasía. Empezó a investigar y vigilar a sus potenciales víctimas para planear sus ataques y que no pudieran escapar.
Su fantasía se volvió a hacer realidad cuando viajó a París y halló a una chica que ya nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma carnosa de sus nalgas y sus pechos correspondían al estereotipo que buscaba. Se llamaba Renee Hartevelt. Era holandesa, tenía 25 años, hablaba cuatro idiomas (holandés, alemán, francés e inglés) y poseía un futuro prominente.
Había viajado por varias partes del mundo, estudiando y relacionándose con personas de diferentes culturas. Su objetivo era un Doctorado en Filosofía o en Literatura Francesa. Issei le pidió que le enseñara alemán; el padre de Issei por ser multimillonario podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento de la pintura y literatura europeas.
Renee salía a menudo con él y con frecuencia lo invitaba a su apartamento a tomar el té. Sus continuas salidas a bailes le dieron a Issei un sentido más real de sus macabras fantasías. Al llegar a París, Issei había comprado un rifle calibre 22 para su protección. La noche del 11 de junio de 1981, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo japonés para beber el té. Con la bebida mezcló un poco de whisky. Hablaron durante varias horas. Issei le declaró su amor, pero Renee lo rechazó y le explicó que sólo quería ser su amiga. Issei se levantó desconcertado. Después tomó su rifle y le disparó en el cuello. Ella cayó de la silla; él le continuó hablando, pero ella no respondió. Pero el asesinato fue sólo el principio de la historia que estremeció al mundo.
Sagawa llevaba un diario; basado en esas anotaciones, años después publicó un libro titulado In the fog (En la niebla) donde describe, entre otras cosas y de manera detallada, lo que hizo con el cuerpo de Renee después de muerta. Fragmentos de ese diario narran los sucesos ocurridos entre mayo y junio de 1981, en particular los días posteriores al crimen:
"París, Francia, mayo de 1981. Soy en mi estilo horrible. Tengo manos y pies pequeños, una voz filosa como la de un eunuco y una cabeza desproporcionada por la cual circula un único pensamiento. Mido un metro cuarenta y cojeo al caminar. Ella en cambio es alta. Su nombre: Renée Hartevelt. Holandesa, rubia. Por sobretodo rubia.
Se ha inscrito a mitad de año en nuestro curso de Literatura Comparada. Desde el primer día me siento a su lado sin dejar de pensar ni por un momento en la blancura de su brazo. Le he pedido que me enseñe holandés o alemán. He aquí la interesante verdad. Reducida. Infinitamente limitada al dominio de las palabras. Ella acepta. Sin duda le divierte el hecho ser la única a quien le hablo. No oculta su asombro frente a mi inteligencia. No finge ni simula como el resto.
