3.

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Mis propios nervios me carcomían lentamente.

Haberlo invitado a mi casa la noche del viernes fue un error, que tenía que ser cometido a toda costa.

Necesitaba una explicación, era demasiado urgente el asunto como para dejarlo sin opinión o discusión alguna.

Aunque tenía que ser sincera conmigo misma, aquel comentario sobre las bragas fue demasiado inesperado, pero ya podía confirmar algo con toda la seguridad del mundo.

Había despertado una atracción poco común, aunque si se diera la oportunidad de progresar aún más, no tenía la menor idea de a dónde podría llegar todo este asunto.

Y la campana me salvó por poco, el timbre había logrado sacarme de mis pensamientos.

Dando pasos largos y algo desesperados, logré llegar y girar lentamente la dorada chapa.

Y ahí se encontraba, de pie, esbozando una sonrisa mostrando sus pequeños dientes, al igual que su diminuto lunar que tomaba posición abajo de sus pequeños y lindos labios.

-Buenas noches Min.

-Buenas noches.

Y ante esto, dejé que entrara a mi casa.

Admiró durante unos escasos segundos los alrededores de la puerta, para posteriormente dirigirse a la sala.

Y sentarse de piernas cruzadas en uno de los sillones.

-¿Alguna razón por la que requieras mi específica presencia?

-En realidad sí, el comentario de la biblioteca.

-¿Podríamos comer algo antes de continuar? Me ha entrado hambre de la nada.

O era muy bueno mintiendo, y tenía todo esto planeado antes de venir a mi casa, o en realidad el hambre llamaba.

-Pues lo único que hay son fideos, hechos por mí.

-Recuerdo que cocinas demasiado bien como para rechazarlos.

Y esa era una de las razones que por las que me había empezado a llamar la atención.

Los viejos recuerdos que compartimos en la infancia.

Tantos juegos, frases y hasta podría mencionar lágrimas.

Pero de los más importantes era el que decía admirarme, por mi manera tan directa de ser, y de decir las cosas.

Y también que probablemente fui su amor platónico e inalcanzable de la infancia.

Y de un momento a otro, nos encontrábamos disfrutando fideos instantáneos en la sala de mi casa.

Silenciosamente, solo se escuchaban algunos sorbos por parte de ambos.

Y una que otra mirada y sonrisa.

Una de las cosas que no recordaba era la manera en que comía, era interesante ver cómo lo hacía.

Era como observar algo peligroso, pero sabías que te terminaría gustando, y hasta las consecuencias que éste atraería.

Y con una profunda mirada decidió romper el hielo.

-¿Hubo problema alguno por el comentario de la tarde?

-No.

-¿Entonces te ha gustado?

No me gustó, o al menos no estaba segura al cien de tener una opinión demasiado certera para contestar a esa pregunta.

-Tampoco es eso.

-¿Te gustaría escucharlo de nuevo?

-Una explicación es lo que me gustaría escuchar de tu parte. Es extremadamente raro que hayas hecho ese tipo de comentario.

Y por fin lo dije, a lo cual solo pudo abrir sus ojos como platos.

-¿Una explicación?

-Sí, quiero saber la razón de tu comentario.

-Simple, tus bragas me gustaron, y no me pude contener.

Y eso sí que era algo que no esperaba.
Como había dicho, jamás esperé un comentario de tal magnitud viniendo de parte de Jungkook.

Pero creo que la gente puede llegar a tener varias personalidades, dependiendo de la persona con la que tenga que tratar.

-¿Eso es todo? Lo siento, no es suficiente para satisfacerme.

-¿Entonces qué quieres?- habló acercándose lentamente a mí.

-Quiero saber si eres el mismo de antes, el chico tímido con las chicas.

-¿Te parezco lo suficientemente tímido como para haber hecho un comentario como ése? Sólo déjame decirte que eso no es nada.

Me calló, no tuve nada para combatir.
Ni un comentario, tampoco una opinión propia.

-Está bien si no respondes, no lo digo en serio- manifestó esbozando una tierna sonrisa que a cualquier ser sobre la tierra podría derretir.

¿¡Qué!?
O esto era una broma de muy mal gusto, o de verdad era bipolar o sufría de doble personalidad.

-¿Te has quedado sin comentarios Min?

-Por el momento sí. ¿Te apetece ver una película en lo que encuentro una buena razón para contrarrestarte?
-Por supuesto.

Procedí a hacer palomitas, y él a buscar una película para quitar el supuesto aburrimiento.

Y mi cerebro no daba ninguna respuesta clara, no sabía que contestar con tal de que me diera una respuesta más clara.

Y que me aclarara qué tipo de persona sería conmigo. El tímido Jungkook que es tímido y confiable. O el extrovertido, que hasta sabe ligar y hablar con exactitud y precisión sobre bragas.

Puso la película en la televisión, y el reloj estaba a punto de marcar las 10, pero daba igual la hora, para mí no había límite alguno para sacar una respuesta que fuera lo suficiente buena para mí.

La película era una porquería, pero lo suficientemente buena como para que Jungkook se adentrara en la historia, pero yo no podía concentrarme.

Ni en la película, ni en una buena respuesta, y mucho menos en que me pusiera atención, pero para eso era la maldita película.

-¿Desde cuándo eres tan fan de las malas películas?

-No tengo idea- habló sin despegar sus ojos de la pantalla.

Y sin pensarlo dos veces, me acerqué rápidamente a dónde estaba, y lo miré con toda mi atención.

No pasaron ni 15 segundos en que se pudiera nervioso, y que me voltera a ver.

Y con solo la luz que desprendía el televisor, pude darme cuenta de que se estaba poniendo demasiado nervioso por el simple hecho de verlo con demasiado detenimiento.

-¿Pasa algo?- preguntó intentado que su voz no sonara demasiado cortada.

- En absoluto, solo he pensado en mi respuesta, y no me molestaría que la escucharas.

Las cartas estaban poniéndose a mi favor, y él no tenía un buen plan para voltearlas a como estaban antes.

-Sigues siendo el mismo tímido por dentro, pero no te dejaré ser el que gane este juego, también pelearé duro, así que más te vale pensar demasiado bien todo lo que vas a hacer Jungkook, o sino terminaré siendo yo la que te llegue a doblegar ferozmente.

Me alejé lo suficiente como para que ya no notara sus tan obvios nervios.

-Pues hay que sentir suerte, ya que ambos estamos sintiendo lo mismo, ¿no lo crees?

dimple ; jjk Where stories live. Discover now