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— ¿Yang Jeongin?

Sólo eso le faltaba para que sus mejillas fueran más rojas que una manzana. O los labios de esa superior.

— ¿Sí, maestra? —respondió intentando aparentar confianza y atención a clase.

— ¿Qué es lo qué tanto lee en mi clase?

Lo intentó.

— Eh...

— No me diga —dijo con una sonrisa falsa. — ¿Haciendo notas motivacionales en clase? ¡Oh, cosita! ~ —aulló con su notable sarcasmo recurrente.

— ¿Qué? —habló tan agudo que no creía que esa era su voz. — Pfff, no señorita Park, pero qué cosas dice... —su voz era como un trampolín; sólo temblaba y temblaba, y se sentía ridículo por ello.

Por Dios, Jeongin, sólo es una maestra. Trataba de darse fuerzas a si mismo.

¡Pero es la señorita Park!

Y también es una humana, como tú o como Jisung... ¡Ah! Ese idiota te plantó y por eso te sentaste solo en el transport-

— Señor Yang —ah, ¿sigue hablando? Uf. — Yo realmente no sé si el lugar es lo que lo distrae de mi clase o es el hecho de que es amigo del señor Han.

— Disculpe la valiosa interrupción querida maestra Park pero yo soy un buen amigo. Jamás soy un número a la izquierda cuando se trata de los estudios. Pfff —dijo Jisung mientras miraba sus uñas como una diva, sólo para hacer reír a los demás. Cosa que consiguió.

Al parecer tenía más seguridad que días antes cuando lo encontraron leyendo esa estúpida carta.

— Señor Han, usted mejor callese. Y ¡claro! Dígale esas cosas a alguien que no sea la maestra de su clase de química porque de lo contrario, yo no puedo creerle —todos comenzaron a reír y Jisung también, porque era verdad, él era un asco en esa materia.

Nunca se le daban eso de las fórmulas y ecuaciones de no sé que cosas.

Jeongin sonrió al igual que el resto, completamente feliz de que Sung haya podido quitarle a esa pesada.

— Entonces señor Yang, no sé, uhm... —bueno, al menos Jisung lo intentó. — Tendré que cambiarlo de lugar, pero está vez será permanente, no será temporal como aquella vez en segundo semestre —decía la maestra mientras todos ponían atención a sus palabras.

Jeongin quiso patearles el trasero a todos. Era tan estúpido que en clase no pusieran ni una pizca de atención y cuando fuera un sermón (porque la señorita Park no daba avisos, eran largos sermones), todo estuvieran con ambos ojos mirando como viejas en mercado cuando había peleas. O en todo caso, precios bajos.

— Jisung —la maestra Park mencionó al pelirosa mientras que todos giraban a verle. Jisung abrió un poco la boca dando a entender que no sabía nada lo que ocurría ahora. Pero nadie lo sabía.

— ¿Sí?

— Desde mañana tomarás el asiento del señor Yang —dijo mientras caminaba a su escritorio.

— ¡¿Qué!? —¡No! Eso no era posible, él no quería ese mugriento y espeluznante lugar. — Que diga... Linda señorita Park, yo, como el mejor amigo que soy de Jeongin me opongo a tal idea. No, no, él ama su lugar yo no podría-

— Lo comprendo señorita Park, mañana mismo estaré en el puesto de Jisung —dijo fingiendo resignación.

— ¡¿Ah!? —Jisung sólo podía abrir en demasía su boca por tal barbaridad.

¡Jeongin! ¡Ese niño estaba loco!

— Bueno, ya, dejen el drama —la señorita Park miró su reloj de pulsera mientras tomaba sus cosas. — Es todo hoy. Mañana examen, presten atención cuando estudien.

Y sin más la chicarra sonó indicando la hora de salida. Jisung seguía con su boca abierta aún, Jeongin guardaba sus cosas, mientras que alguien guardaba las cosas de Jisung sin que nadie lo notara.

— Oppa, uhm, y-yo... —una chica pelirroja hizo que Jisung pegara un brinquito cuando toco su antebrazo con un poco de temblor. — ¡Oh! ¿Lo asuste? Ah... Disculpe, Jisung Oppa, yo sólo quería decirle que aún con su boca saliveando se mira l-lindo —y esa chica estuvo más roja que Jeongin hace unos instantes.

— Oh... —¿esa chica había guardado sus cosas? — Uhm —río con nerviosismo. — Gracias, supongo. También te ves linda hoy, Jae. ¿Tú hiciste...? —hizo señales con sus manos sobre el cochinero que había en su pupitre. Ella sonrío y asintió.

Tenía linda sonrisa y ese hoyuelo en su mejilla era lindo.

— Tu hoyuelo es lindo, Jae —sonrió mientras presionaba la mejilla izquierda de la pelirroja.

— ¡Ah, oppa! —la chica se apartó de inmediato ante repentina acción. — Me avergüenza... —murmuró en un sonrojo total. — Tome, Jisung oppa —extendió la mochila del pelirosa.

Era tierna.

— ¿Rompiendo corazones, Jisung? —bromeó Jeongin cuando estuvo listo para irse a casa.

Jisung sonrió y Jae también. Había una diferencia; Jae lo hacía por felicidad y Jisung porque quería disimular que quería matar a ese niño con complejo de adulto.

— Me voy, cuidese oppa —Jae hizo una reverencia hacia Jisung, quién le sonrió y hizo una también hacia el pelinegro. — También usted, Jeongin oppa. Adiós —y al fin el par de amigos estuvo solo.

— Jeongin ~ —canturreó Jisung con malicia. El pelinegro quería huir en ese instante. — Ah, no te vayas tan pronto querido mejor amigo... —pestañeó varias veces. — ¡TODAVÍA FALTA QUE TE MATE PEQUEÑO TRAIDOR!

Cuando el pelirosa estuvo de pie, Jeongin corrió con prisa hacia la salida con una sonrisa y su mejor amigo siguiendole el paso.

— ¡Lo siento, Sung! —gritó mientras reía y corría a la par.

— ¡Disculparte no te salvará, Jeongin! ¡Así que corre mientras puedas! —respondió Jisung a todo pulmón mientras corría tras el pelinegro.

"Tienes una manera bastante única de expresarte.

Me gusta la manera en que expresas lo que no puedes decir con miradas. Es tan... absorbente. Bueno, la verdad es que, todo tú es absorbente y atrayente Jeongin.

Eres como mi bebida favorita; no me cansaría de beberte aún así te bebiera todo el tiempo.

Por cierto, ¿alguna vez asististe a clases de canto? Porque eres demasiado bueno en ello. Aunque siendo sincero, no me sorprendería que lo trajeras en tus genes, ya que creo haces de todo.

M"

No, realmente no sentía que lo cambiaran de lugar. Se sentía bien... Como si la privacidad de la que se le privó volviera.

Stalker ;;☀ Minsung Where stories live. Discover now