Después de la guerra santa, y las espinas de esa rosa
el diablo aprendió a no meterse con las musas
ahora actúa con cuidado, ya no anda robando esposas
no vaya a ser cosa de darle a Dante alguna excusa
ni con ebony e ivory tantos demonios vi
pero sé que no nací con estas ganas de matar
no sé qué está esperando pero a mí ya me dio hambre
y si el mar no se abre, hay que empezar a nadar
hace tiempo corté el hilo, ahora este es mi laberinto
si el minotauro no está extinto, alguien tiene que ganar
mismo temperamento pero somos muy distintos
porque aunque me cueste admitirlo, sé que tengo que cambiar
y voy a cambiar; primero aprendí a pedir perdón
pero sé que con una bestia no se puede razonar
ya no levanto la voz aunque que le quiera gritar
ya no invoco en vano a dios para tener a quien culpar
me hago cargo, desde siempre, de mis ataques de ira
de mis palabras suicidas que mueren y no transpiran
prefiero contradecirme mientras todavía respiran
si no es por mí que sea por como esos ojos me miran
