Hasta que seamos

10.4K 1.9K 1K
                                    

Yoongi.

Le he leído este libro unas tres veces, pero siempre se siente como la primera vez. Siento que tenerlo conmigo ahora es como volver en el tiempo a la primera vez que esa mujer tocó a mi puerta con el pequeño rechoncho entre unas mantas que cargaban sus brazos. Ahora lo miro dormir y no puedo creer que sea el mismo chiquillo que me ha dado más de un dolor de cabeza, a quien le he curado los raspones y he visto sus dientes caer.

Jimin

Mi Jimin

Sigue durmiendo, tal y como quedó anoche, me ha dejado quedarme a su lado así que disfruto de la cercanía de su piel con la mía. Es perfecto, todo lo que necesito para ser feliz es esto.

Entre sueños lo escucho balbucear algunas cosas sin sentido y entonces gira, abrazándose a mí. Sé que está dormido, pero quiero llorar por esto, por sus brazos envolviéndome y su rostro aplastándose contra mi pecho. Lo rodeo entre mis brazos y por fin siento como el sueño llega a mí y me vence. Lo arruncho junto a mi costado y me entrego a Morfeo, rogando vanamente que esta noche dure mucho más que las horas que marca el reloj para mí.

Concedeme solo eso, que el sol no salga por hoy... Solo por hoy.

Cuando despierto aún el sol no ha salido, la noche sigue acaparando la habitación y algunos pájaros madrugadores empiezan a trinar a lo lejos, entre las copas de los árboles. Mi mirada vaga por toda la estancia y cae pesadamente en el pequeño cuerpo abrazándose a mí.

Mi niño está aquí y mi corazón se dispara en una carrera frenética alrededor del mundo. Tiene su mejilla en mi pecho y sus brazos se envuelven en mi cintura, apretándome y asfixiándome en ello. Se restriega contra mí y sin saberlo está marcándome, impregnándome de sí mismo. Aunque él no quiera su inconsciente, me reconoce, sabe quién soy y por qué está aquí: porque es adonde pertenece.

Eso es pequeño, lléname de ti, quiero que tu esencia permanezca conmigo y en cada rincón de nuestro hogar, tú aroma a ambrosia y a juventud llenado los espacios, ahora que estas aquí y que no te vas a ir de mi lado.

Siento que empieza a removerse y me invade el pánico, solo quiero tenerlo un poco más de esta manera. Pero sé que si despierta solo será para alejarse.

¡Maldita sea! Cuánto quisiera forzar las cosas, obligarlo a recordarme, tomarlo de una vez y marcarlo para siempre. Sé que el odiará a los Choi al igual que yo los odio. Por apartarlo, por llevárselo de mi lado y negarle la dicha de pertenecernos el uno al otro como lo hicimos tantos años. Éramos tan felices, él y yo correteando por la inmensidad del bosque, jugando a las escondidas por los estrechos pasillos de nuestra casa, soplando burbujas de jabón en la bañera y arropándonos uno junto al otro en invierno para conservar el calor.

Recuerdo perfectamente el día en el que lo dejaron en mis brazos, el momento preciso en el que sus pequeños ojos se abrieron entre los mofletes de ternura y me iluminaron la vida. Sé que al tomarlo entre mis brazos abrimos un portal hacia la felicidad del que no tenía retorno. A pesar de su llanto nocturno, de sus eternos cólicos y los pañales sucios, he obtenido lo mejor de él. Verlo crecer ha sido la forma más hermosa que ha tenido la vida de mostrarme que, aunque huyera a los confines del mundo, jamás iba a estar solo, que había alguien esperando por mí, y ni siquiera ocultándome en lo profundo del bosque iba a escapar a los mandatos del destino.

¡Oh Jimin, yo era solo un chiquillo cuidando de algo tan pequeño y delicado como lo eras tú, pero siempre se sintió tan acertado, tan perfectamente correcto que no hay duda que eres para mí y yo soy para ti!

Lo han cortado con la misma tijera con la que me cortaron a mí. Nunca pregunté su procedencia, nunca supe de donde salía tan solidaria ofrenda a mis oscuros días, pero es que siempre fue tan adecuado que inmediatamente lo consideré un regalo de los dioses.

¡Cómeme mejor, lobo feroz! • YoonMinWhere stories live. Discover now