"Una nube pende sobre mí, marca cada movimiento profundamente en el recuerdo de lo que en otro tiempo fue amor."
– Twenty Four Hours, Joy Division.
Las sombras bailaban una vez más, bailaban frente a una luz tenue. Sus manos le agitaban el cabello, las uñas de ella se enterraban en la espalda de él, los besos iban y venían. Era un baile tal, que el caos que se desataba en el corazón de cada uno se transformaba en arte.
Era el recuerdo, el recuerdo de él. Pero vivía sus recuerdos ahí, donde esta vez era la única sombra reflejada en la pared de papel blanco ¿Dónde se había ido todo? Se ponía a pensar en sus errores, mientras los cigarros lloraban cenizas que caían al suelo y aún cálidas dejaban una marca negra, negra como la pupila de sus ojos. Entonces un pensamiento extraño aparecía en su mente ¿Qué canción era perfecta para este momento? No puso ninguna a reproducir, solo las hacía pasar en su mente.
Ella se había ido ese amanecer con tonos grises, caminaba por la fría mañana de un Santiago que vivía el peor invierno en diez años. Tomaba la micro, esta tenía los vidrios llenos de vapor, como si todo el mundo hiciera el amor. Su mente iba acomplejada, las cosas no eran las mismas y se engañaba a sí misma diciendo que era imperfecta, que no merecía amar, que no merecía expresar. Entonces ella empezó a recordarlo, a recordar nuevamente su cuerpo frente al de él, empezó a recordar los suspiros, los suspiros que se transformaban en gemidos. Empezó a recordar cuando eran uno, cuando su lengua recorría el cuerpo de él, cuando las sombras bailaban.
Ahora eran dos sombras, una pegada en la pared de forma inerte, la otra reflejada en el asiento que daba hacía el pasillo. Mientras ella se apegaba a la ventana, su frente se volvía helada y sus ojos se cerraban; él cambiaba las canciones en su mente y el cigarrillo lloraba negro, quemando el suelo. El baile de las sombras había terminado.
ČTEŠ
Urbanismo Lúgubre: Existencialismo.
Nezařaditelné"Lo que hoy es un hecho mañana puede convertirse en una pregunta" - John Katzenbach. Estamos despiertos, a punto de entrar, viendo nuestros reflejos en los ventanales, viéndonos por última vez antes de pensar.
