X.

7.2K 391 103
                                    

X. y es que te miro y se va todo lo que estuvo mal

Me desperté de madrugada gracias a una sed tremenda. Mauro estaba desparramado, nuestra pared de almohadas ahora estaba siendo aplastada por él, al igual que medio cuerpo mío. Refunfuñé un poco, más porque me había dado calor y no sabía como salir sin tocarlo, que porque haya violado mis reglas y se haya cagado en lo que le dije antes de dormir. Estaba dormido e indefenso, ¿cómo lo podía culpar?

Me revolví por debajo suyo, e hice una especie de Tetris para salir de ahí.

Cuando lo logré, suspiré cansada y agarré mi celular de mi escritorio.
Los únicos mensajes que llamaron mi atención fueron dos de mamá, quien me contaba que salía antes y pensaba irse para la casa de Francisco, su novio. O, bueno, como ella lo llamaba, su "amigo", porque se pensaba que yo seguía teniendo tres años.
Me dijo que él quería invitarnos a comer a ella y a mí por mi cumpleaños y que no hiciera planes por el mediodía. Que vaya directamente para ahí y de ahí nos iríamos a algún restaurante.

Una parte de mí respiró aliviada, ya no tenía la presión de no saber qué hacer con Mauro cuando mamá llegara.

El resto de los mensajes eran de mis pocos amigos, deseándome feliz cumpleaños y hablando de la joda que habían organizado para hoy a la noche, (sin mi).

Más les valía que hayan hecho las cosas bien. No quería volver a pasar lo que pasé aquel día. Les contesté distintos tipos de "gracias", dependiendo de quien se trataba, y acoté algunos comentarios a algunos, como a Lit, diciéndole que lo iba a matar y después íbamos a hablar.

Yo sabía que él había tenido algo que ver con esto de que Mauro supiera el piso y el apartamento en el que vivo.

Eran las cinco y cuarenta y seis de la mañana, aunque el sol no tenía ni mira de aparecer.
Me fui hasta la cocina a buscar agua y volví enseguida, primero porque tenía frío, y segundo porque estaba todo oscuro y me picó el miedo.

Cuando volví, Mauro se había hecho propietario de las pocas partes de la cama que quedaban.
¿Cómo una personita se podía desparramar tanto a tal punto de abarcar toda una cama de dos plazas?

Hice mi mayor esfuerzo, (porque estaba dormida y cansada), para correrlo un poco, pero tuve poco éxito. Apenas sacó un brazo de su lugar.

Quería volver a dormir y estaba a punto de hacer un berrinche.

—Mauro, la puta madre —susurré, para nadie en especial, porque sabía que él estaba en el quinto sueño.

Milagrosamente, lo vi moverse de lugar y darse vuelta quedando en posición fetal.
Agradecí a todos los santos posibles y me volví a acostar en mi lugar, dándole la espalda.

Y volví a caer en un sueño profundo.

$$$

Sentí un ruido, pero los ojos me pesaban demasiado como para despertarme.
El colchón se hundió a mi lado y traté de no darle importancia.
Estaba entre sueños, podía sentir lo del exterior, pero podía jurar el cuerpo no le permitía abrir los ojos.
Eso pasó por un par de minutos, hasta que sentí el sonido de un celular. No era el mío.

Me obligué a mi misma a despertarme, y de mala gana lo logré.
Un Duki despeinado y sonriente me miraba fijo en frente mío.

—Buen día, Lola. Feliz cumpleaños —me dijo como un nene. No pude hacer más que sonreír con ternura. —Me tuve que lavar los dientes con tu cepillo.

fix you - dukiWhere stories live. Discover now