Capítulo 44

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—¿Y bien?—preguntó Leia en cuanto lo vio.

Anakin no contestó enseguida, le dirigió una larga mirada antes de contestar.

—Tienes tres segundos para tener todo listo y despedirte de la reina.

Leia sonrió feliz y se apresuró a abrazarlo.

—Eres el mejor.

—Sí, sí, ya te quedan dos—la apremió Anakin con impaciencia.

La joven se apresuró a soltarlo y echó a correr, Anakin la vio partir con una sonrisa en su rostro.

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Después de hacer lo que su padre le había dicho fue al hangar donde la esperaba su hermano, este le mostró una hermosa sonrisa al verla llegar, Leía le devolvió la sonrisa emocionada, en ese momento llegó Anakin junto con la reina, ambos se detuvieron a pocos pasos de los chicos, la reina los miró un momento en silencio a ambos, al final se detuvo en Leia.

—Te estoy dando permiso de ir y confío en que le ayudarás a tu hermano y no serás una carga para el maestro Skywalker, quien, muy amablemente, se ofreció a cuidarte.

—No lo seré Majestad.

—Bien, ahora sube a esa nave antes de que cambie de opinión.

Leia sonrió con alegría y le dio un último abrazo a la reina.

—Gracias—murmuró en voz baja, pero lo suficientemente alto para que su padre la escuchara—por todo, muchísimas gracias.

—Es un gusto, como siempre, estoy para lo que necesites—contestó la reina sin soltarla.

Dentro de poco los tres estuvieron en la nave de camino a una nueva aventura en Coruscant donde les esperaba un camino difícil.

La reina los vio partir con lágrimas en los ojos, "cuídate cariño y cuida de tu hermano, confío en que tu padre cuidará bien de ti..."

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Después de un par de semanas viajando por fin llegaron a Coruscant, antes de adentrarse en la atmósfera del planeta Anakin llamó a sus hijos, al llegar los jóvenes Anakin los invitó a sentarse con una mirada, al estar sentados el jedi se acercó a ellos y se sentó en el sillón de enfrente.

—Sé que ya les he dicho esto antes pero lo diré de todos modos—empezó Anakin mirando a Leia—al traerte aquí no sólo estoy arriesgando tu seguridad, estoy arriesgando la seguridad de tu hermano y mi trabajo, sé de sobra que sabes comporte como se debe y que sabrás estar a la altura, pero esto no es Naboo, es el centro de la República, aquí no sólo habrán un par de políticos y la reina, no, aquí estarán los políticos de toda la República, los jedi y toda la gente importante de Coruscant, y todos ellos esperan que les des una razón suficiente para dejarte quedarte aquí, y yo necesito que los complazcas con esa explicación, de lo contrario me veré en la obligación de enviarte de nuevo con la reina—hizo una pausa en la que los miró a ambos—tienes que hacerte la niña inocente que no sabe nada de los problemas, que sólo sabe que su hermano está enfermo y necesita ayuda, "tu" ayuda—dijo Anakin resaltando la palabra "tu"— diles que tras lo sucedido con tu madre no podías pensar en otra cosa que no fuera en Luke, ¿entiendes lo que trato de decir?—preguntó Anakin haciendo una pausa, la joven asintió en silencio algo nerviosa, el jedi volvió su atención hacia Luke—tú tienes que decir lo mismo, decir que después de lo sucedido con Quink quedaste muy afectado y necesitas la ayuda de alguien de confianza y después de que Padme fuera raptada no pudiste pensar en nadie más que no fuera Leia, ¿entiendes?

El joven asintió algo inseguro, Anakin se acercó a ellos y se inclinó junto al sillón.

—Descuiden todo saldrá bien, sé que pueden hacerlo.

Ambos hermanos asintieron algo preocupados.

—Ya casi llegamos será mejor que se alisten.

Leia asintió en silencio y se fue, Luke hizo ademán de seguirla pero Anakin lo detuvo poniéndole una mano en el hombro, en cuanto Leia se fue Anakin tomó su lugar y miró al chico.

—Lo siento, sé que te dije que al llegar allá te ayudaría con el sable y que te entrenaría, pero dadas las circunstancias no tuvimos la oportunidad, pero te aseguro que mañana mismo te ayudaré a hacer tu propio sable, ¿estás de acuerdo?—preguntó Anakin.

El joven asintió con una pequeña sonrisa, Anakin le devolvió la sonrisa con cariño.

—Bien, ahora ve con tu hermana pronto llegamos.

—Ok.

Se levantó y se apresuró a la puerta pero antes de salir se volvió.

—Gracias por traerla, no sé que haría sin ella—al decir esto se dio la vuelta y se apresuró a salir.

Anakin sonrió de soslayo, él sabía eso mejor que nadie, Luke amaba a su hermana por sobre cualquier persona y en ese momento la necesitaba.

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Iba caminando por los pasillos del templo cuanto sintió un cambio repentino en la Fuerza, algo no andaba bien.

Se devolvió sobre sus pasos y siguió su instinto, pero al entrar en la habitación a la que su instinto lo llevó no encontró nada, sólo era un cuarto abandonado, eso era extraño. Volvió a salir y esta vez el instinto lo guió a las escaleras del lado norte, de nuevo nada.

Algo andaba mal, su instinto no solía fallarle de esa forma, iba a seguir buscando cuando un droide se le acercó y le informó que lo buscaban en el hangar, el maestro Skywalker había vuelto, y tenía que recibirlo, miró hacia todas direcciones una última vez antes de ir en busca de su amigo.

Star Wars. Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora