XIII.

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—Sobre la verdad —contestó Mana y, aunque no supo cómo, sintió a Bastet interesarse —. Quiero saber qué sucedió realmente hace doce años.

La Diosa avanzó hasta ubicarse casi a dos metros de distancia de Mana y tomó una altura similar a la suya, aunque su cabeza felina la imponía mucho más que cualquier otra característica.

«¿Hace doce añosrepitió.

Mana asintió determinada.

—Una amiga me dijo que para resolver un problema, debo regresar al inicio de todo —expresó segura de sus palabras antes de mirar a la Diosa a los ojos, si es que podía hacerlo —. La muerte de mis padres adoptivos y el abuelo de Yūgi. Mi amistad con Yūgi. Mi gusto por lo egipcio. Y mi primera desaparición... Lo he estado pensando y todo se conecta en algún punto de ese año. ¿Por qué? ¿Qué sucedió realmente?

Vio a Bastet sonreír ligeramente, una imagen muy elegante, si debía caracterizarla, solo para que después esta se acercara con una rítmica lentitud y la rodeara de un solo salto. Como si Mana fuera su presa. Como si fuera un ratón y Bastet un gato. La estudiaba. La analizaba. La atravesaba con esa felina mirada.

Quería ver sus intenciones.

«¿Por qué quieres saber? ¿No estás contenta con tu vida actual

Mana negó.

—Ciertamente —dijo —, hay muchas cosas que me gustan de esta vida, pero hay muchas otras cosas más que no me parecen justas. Yo causé esto. No sé porqué me eligieron para ocupar el lugar de Manet, pero...

«No te elegimos para reemplazar a Manet, humana contradijo la Diosa, interrumpiéndola. « eres Manet, pero al mismo tiempo no lo eres

—¿Q-Qué quieres decir? —Mana tartamudeó inconscientemente y se mordió la mejilla interior. No esperaba una frase tan contradictoria en sí misma.

«Mana, Manet, o con cualquier otro nombre y cualquier otro cuerpo, tu alma siempre seguirá manteniendo la misma esencia, así como tu mismo amor por el Faraón. No te elegimos, humana. Este es tu destino. Desde hace tiempo lo es.»

—¿Pero por qué? —exigió y tragó saliva —. Manet ya existía antes de que yo viajara, ¿cómo es eso posible? ¿Qué pasó con ella? Las paradojas no existen.

Vio a Bastet mover la cabeza.

«Eso es correcto, humana. Las paradojas son errores, no deberían existir, pero hay a quienes les gusta cometer esos errores por su propio beneficio y satisfacción

El Misterio De La Amada Del Faraón [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora