Capítulo I

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Alex se aferra a la idea de que existe cierto laboratorio en donde hacen ciertos experimentos. Cada día su teoría tiene más sentido, y yo soy la única que empieza a creerle. Nuestros padres son de mente muy cerrada y lo único que quieren es que estemos encerrados mientras recibimos educación en línea. Así nunca podremos pensar en un futuro sin siquiera socializar.

Nosotros vivimos en las montañas y abajo está el pueblo que muy pocas veces bajamos a visitar. Aquí arriba hay otras familias, pero son sólo vecinos desagradables. Jamás hemos cruzado alguna palabra. No hay ningún adolescente como para crear una amistad.

Tengo a mis hermanos, pero Axel desapareció hace dos meses y Alex se está volviendo loco. Sólo tengo conocidos en línea, gente en la que sí puedo confiar a pesar de que nos separe unos miles de kilómetros.

Estamos todos en la sala de estar viendo las noticias, como todos los días. El tema de las personas desaparecidos está alarmando a todos. Esto empezó en noviembre del año pasado, la primera víctima fue Mery Taylor, tenía dieciséis años y nadie supo nada de ella, nadie. Como si la tierra se la hubiera tragado. Alex, mi hermano, está muy al tanto acerca de esto, se pasa horas investigando en su computadora.

En el noticiero están pasando un artículo acerca de un robo a un supermercado, están mostrando los vídeos de las cámaras de seguridad.

-Noticia de último momento -al ya terminar de dar información sobre el robo, cambian de tema, a uno más importante por lo visto. El periodista está en alguna calle de la ciudad-. Me encuentro aquí, en esta calle, en donde se vio por última vez a Leonardo Morgan. Un adolescente de dieciocho años. La familia está completamente desesperada. Quédese con nosotros para más información, volvemos en cinco minutos.

Siento una terrible angustia. Las caras de mis padres están como siempre, serias. Alex desvía la mirada del televisor, apoya su mano en su mandíbula y noto como su pierna tiembla.

-Ya van dos en este día -dice aún con su mirada en el suelo. Como si estuviese hablando solo, lo cual ya ha pasado varias veces, me empieza a dar miedo-. ¿Qué es lo que hacen con todos?

-Los violan y los matan. -Dice mi madre, sin mostrar sentimiento alguno. Me sorprende que sea capaz de decir algo así, de esa forma tan insensible. La odio cuando actúa así.

-Mamá, no lo digas así. Ponte en el lugar de esa gente. Ponte en el lugar de Axel, que debe estar pasándolo muy mal. -Soy consciente de que ella va a reaccionar mal, ella no quería que nombremos nunca más a Axel, pero no me importa, él es mi hermano y lo voy a nombrar las veces que yo quiera.

Ella me mira con una mirada fría, pero yo no me arrepiento de haberle dicho eso, es la verdad.

Le sostengo la mirada, lo podría hacer el tiempo que sea necesario. Por más de que ella piense en esa estupidez yo no estoy de acuerdo. Es demasiada coincidencia, tantos jóvenes desaparecidos en seis meses. Tanto chicas como chicos. Esto me hace sospechar bastante y debería sacar teorías, no quiero obsesionarme tanto como mi hermano.

-Alissa, vete a tu habitación. -Me ordena mi madre, con el seño fruncido. Miro a mi padre para que diga algo al respecto pero él tiene la vista en su teléfono. Me levanto mientras suelto un suspiro y me dirijo a mi habitación arrastrando los pies.

En realidad no tengo ganas de estar en mi habitación, giro mi cabeza hacia ambos lados asegurándome de que nadie me esté viendo y entro al cuarto de Axel. Mis padres no se dan una idea de cuánto extraño a mi hermano, extraño que él y Alex hagan esas bromas que hacían siempre para levantarme el ánimo. Ahora no es lo mismo, el ambiente se volvió muy deprimente. Cada vez que veo a Alex tiene la mirada perdida, quién sabe en qué estará pensando.

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