Capítulo II

21 5 4
                                    

Me despierto por los gritos de mi madre, me llama para ir a cenar. Wow, sí que he dormido bastante. Me levanto aún un poco somnolienta, salgo de mi habitación, me dirijo al comedor y me siento junto a mi padre.

—¿Qué comeremos? —Pregunto bostezando.

—Comida.

Qué alivio, pensé que estábamos por comer aire. Saco mi teléfono y entro a WhatsApp, tengo cuatro llamadas perdidas y diez mensajes de Elena.

«Alissa, tengo lo que querías, no me creí capaz de descubrir algo confidencial»

«¿Por qué no respondes a mis llamadas? >:(»

«oyeeeeeee >:/»

¡Qué idiota! No puedo creer que no haya escuchado las llamadas.

Ah... cierto que tengo el teléfono en silencio.

«Perdón, ahora voy a cenar, después te llamo y me cuentas todo. Perdóname» Le envío.

—¿Qué es eso confidencial que descubrió? —Guardo de inmediato mi teléfono al escuchar a mi padre preguntando eso. Llamó la atención de mamá y de Alex, genial.

—Ehm... —trago saliva. Lo que sea que le diga, tiene que sonar creíble— Bueno, yo... Elena. Investigar, digo, buscar —tengo la creatividad en blanco ahora mismo, estoy balbuceando cualquier cosa.

—¡Está tratando de buscar a Axe...

—¡Axelina! —Le interrumpo al chismoso de Alex— Sí, Axelina. Verás, papá, yo no suelo hablarte de esto porque sé que no me dejas tener amigas en internet, pero conocí a esta chica y quería verla personalmente entonces le pedí ayuda a Elena y resulta que encontró la dirección de su casa. Así que quería bajar hasta el pueblo y tomar un autobús pero son dos horas de viaje.

Alissa.

Estás.

Loca.

Si me creciera la nariz como a Pinocho, hubiera atravesado toda la casa. ¿En qué estaba pensando? Ni siquiera he visto un autobus en mi vida.

—Bueno, hija, sabes que eso es peligroso —responde con una mirada seria, como siempre. Aquí se viene un pequeño sermón—. ¿Y si esa chica no es la que piensas y te secuestra un anciano de cincuenta años? Si quieres encontrarte con ella hazlo acompañada de tu hermano, después de como están las cosas es muy riesgoso que te veas con alguien que has conocido en las redes sociales. Además vive a dos horas de aquí, olvídalo. Déjame ver dónde vive, si no te importa.

Demonios.

—Verás, no recuerdo el nombre. Pero creo que era en la ciudad. O en algún campo. Me dijo que cría gallinas y corderos. ¿No es gracioso? ¡Jaja!

Trágame tierra. Pensarán que estoy chiflada.

Él estaba a punto de decir algo pero mi madre lo interrumpe trayendo la comida. Se ve delicioso. Nos sirve a los cuatro y empezamos a comer en un incómodo silencio. Trato de terminar lo más rápido posible para poder hablar con Elena, aunque debería tener cuidado ya que Alex me tiene en la mira. Es muy raro que haya cambiado de opinión en un par de horas. Hoy a la mañana estaba completamente obsesionado y paranoico, ahora volvió a la normalidad.

—¡Alissa, más despacio! —Me regaña mi madre.

—¿Qué debes hacer que estás apresurada? —Pregunta mi hermano con desconfianza. Lo miro entre cerrando los ojos, enojada.

Área restringidaWhere stories live. Discover now